miércoles, 9 de noviembre de 2011

El palacio de los Zapata de Mallén

            Con motivo de la reciente publicación de una información sobre el hallazgo del antiguo ábside románico de la iglesia parroquial de Mallén, Pedro Domínguez Barrios nos recordó que algunos de los sillares de ese templo románico aparecen en la parte inferior del palacio de los Zapata, remitiéndonos algunas interesantes fotografías.





            Ello nos permite destacar la importancia de este palacio y comentar las circunstancias que rodearon su construcción.
            Cuando, en 1763, se decidió la ampliación del templo, uno de los comisionados para tratar con el arzobispo de Zaragoza la realización de las obras fue D. Juan Crisóstomo Zapata, miembro de una destacada familia de Mallén y caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén, a la que pertenecía la villa. D. Juan Crisóstomo colaboró, además, aportando 12.000 ladrillos para la obra de la iglesia y otros 4.000 para la torre.





            La ampliación supuso el derribo de la iglesia románica de la que, afortunadamente, se salvó el ábside ahora recuperado. Algunos de los sillares y el crismón de la portada se reutilizaron en la fachada del nuevo templo, pero quedaron otros muchos con los que, entre otras obras, se construyó un puente sobre el río Huecha. Otros fueron empleados en el nuevo palacio que los Zapata estaban construyendo en la calle de Tudela.




            Se trata de un edificio espectacular que, sin duda, es uno de los ejemplos más destacados de la arquitectura civil del siglo XVIII en nuestra comarca, tanto por sus grandes dimensiones como por el cuidado de su ejecución.
            Sobre un zócalo de piedra que, en su mayor parte fue construido con los sillares de la antigua iglesia, se alza la fachada de ladrillo vista, rematada con alero de media caña muy volado, en el que se abren algunos vanos para iluminar el ático.




            En la planta noble las armas de la familia y grandes balcones alternando con ventanas. En la baja las ventanas se cierras con rejas de forja de gran calidad, al igual que la barandilla de los balcones.




            La portada de acceso es de piedra y adintelada con grandes dovelas. Tras un pequeño zaguán se accede al patio del que arranca una escalera monumental cubierta con linterna ciega dividida por cuatro arcos fajones y bóveda de aristas entre ellos, con un gran pinjante en el centro. 
            Lamentablemente, este magnífico edificio no ha recibido una declaración específica por parte del Gobierno de Aragón, aunque si aparece en el Plan General de Ordenación Urbana de Mallén, entre los edificios protegidos.

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