martes, 8 de noviembre de 2011

Santa Rufina, patrona del Centro de Estudios Borjanos

            Santa Rufina nació en Sevilla en 270. Era hermana de Santa Justa, dos años mayor, y ambas ejercían como alfareras. Convertidas al Cristianismo, ambas hermanas fueron detenidas por el prefecto romano de su ciudad natal que les propuso que abjurasen de sus creencias, sin lograrlo. Sometidas a numerosos tormentos, Justa fue encarcelada hasta morir, mientras que Rufina fue arrojada al anfiteatro para ser devorada por un león que terminó lamiendo sus vestiduras. Al final fue degollada y sus restos quemados.
            Patronas de Sevilla y Maluenda, entre otras localidades, también se puso bajo su protección el gremio de alfareros. En Borja, cuando el cabildo de la colegial decidió pintar en el siglo XVII, una serie de lienzos que representasen a santas mártires, para adornar el templo en las grandes solemnidades, escogió para dos de ellos a Santa Justa y Santa Rufina.


La Santa Rufina del Museo de la Colegiata

            Ahora, pueden admirarse en la sala VII del Museo de la Colegiata de Borja, pues fueron restaurados hace algunos años. Como ya informamos, otros lienzos de esta serie están siendo restaurados en estos momentos.
            Curiosamente, a mediados del siglo XX, el ilustre borjano y catedrático de Derecho Romano de la Universidad de Zaragoza D. Carlos Sánchez del Río Peguero, efectuó una copia del cuadro de Santa Rufina. Gran aficionado a la pintura, solía efectuar estos trabajos con la colaboración de la Hmna. María Cerrada que, en este caso, hizo algunos retoques de las manos y el rostro de la Santa. La copia es del mismo tamaño que el original, aunque se diferencia de éste porque no tiene representado, en el ángulo inferior derecho, la escena de su martirio.


La Santa Rufina del Centro de Estudios Borjanos

            Hace unos años, el Prof. D. Carlos Sánchez del Río Sierra, la personalidad científica más importante que ha nacido en nuestra ciudad, decidió donar al Centro esa obra de su padre. Inesperadamente apareció en la Casa de Aguilar, la imagen de Santa Rufina, encontrando acomodo en el patio de la casa, en un espacio que parecía preparado para recibirla. Restaurado por el Dr. D. Juan Carlos Martínez Calahorra, el lienzo ha permanecido desde entonces a la vista de todos los que nos visitan.
            Santa Rufina quiso llegar hasta aquí y buscó acomodo en lugar preferente. En justa correspondencia, es lógico que ahora nos acojamos a su protección y la reconozcamos como patrona de esta casa que hizo suya.

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