La Casa de Cultura de Borja en el palacio de los Angulo

            La plaza del Mercado, con sus soportales, constituye uno de los enclaves más típicos de Borja. El ala derecha de la misma está formada por la antigua casa de los Angulo, una familia infanzona establecida en la ciudad.

            A lo largo del tiempo, el edificio ha sufrido diversas transformaciones que, sobre todo, afectaron a una parte del mismo, aquella en la que se ubicaba la entrada principal. Los vanos de la fachada se modificaron, perdiendo la galería superior de arcos conopiales, al abrir dos balcones.

            Sin embargo, se conservó la portada monumental del siglo XVII, labrada en piedra, con las armas de la familia en su parte superior.

            Su emplazamiento, en uno de los ángulos de los porches de esta plaza que, durante siglos, fue el eje de la vida comercial de Borja y escenario de algunos acontecimientos históricos, constituye una de las estampas más características del casco antiguo.

            De hecho, cuando con ocasión de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, se creó el llamado “Pueblo Español” en la montaña de Monjuitc con reproducciones de edificios de varios lugares de España, Borja estuvo representada por la Casa de las Conchas y por esta portada de la Casa de los Angulo. Actualmente, ese edificio que está situado en la plaza Mayor de ese parque o museo al aire libre de la ciudad condal, alberga un establecimiento hostelero.

            Mientras tanto, el edificio de Borja fue adquirido, en 1978, por la Excma. Diputación Provincial con el propósito de destinarlo, originalmente, a sede del Centro de Estudios Borjanos y Museo de Etnología. Tras un largo período de restauración, la casa terminó siendo cedida al M. I. Ayuntamiento de Borja.

            Actualmente, es la Casa de Cultura y sede de Radio Moncayo y otras entidades culturales como el Taller Estudio “Plaza del Mercado” que impulsa las Ferias de Arte y Artesanía que, con tanto éxito, se celebran durante el mes de agosto.

            La disposición interior del edificio no se ajusta a su estado primitivo, debido a las múltiples modificaciones sufridas.

            Se articula en torno a un patio central, cubierto con una claraboya, al que se abre, mediante una balconada, el corredor de la planta principal y con vanos cuadrangulares en la segunda.

   

            En ella se desarrollan numerosas actividades, entre ellas exposiciones, pues dispone de espacios para ello, constituyendo un ejemplo más del excelente equipamiento cultural de esta ciudad.