jueves, 13 de septiembre de 2012

Un curioso abejar en Grisel


            Aunque Grisel no es una localidad perteneciente a nuestra comarca, se encuentra muy próxima. Además, se da la circunstancia de que, entre sus alicientes turísticos destaca el llamado “pozo de los Aines” donde se encuentra este singular abejar que nos comenta Pedro Domínguez.





            El pozo, que tiene 20 metros de diámetro y unos treinta de profundidad, es el resultado del hundimiento de una dolina que está relacionado con una curiosa leyenda. Según la misma, un morisco decidió trabajar el día de la fiesta de Santiago, sin respetar el precepto religioso de la nueva religión que se había visto obligado a abrazar. Cuando estaba trillando en la era, el terreno se desplomó sepultándolo en el fondo.
            En el interior de esta formación existe un microclima con una temperatura constante de unos 10º y la humedad suficiente para que crezcan todo tipo de plantas durante todo el año. El aspecto con los nenúfares que tapizan el fondo y las plantas trepadoras que crecen en las paredes es de gran belleza. No es de extrañar, por lo tanto, que el ayuntamiento de la localidad lo haya adquirido este año, con el propósito de protegerlo y convertirlo en una zona accesible a los visitantes.





            Pero, además, en sus paredes se encuentran los restos de este antiguo abejar que presenta la peculiaridad de ser, probablemente, el único de tipo rupestre que se conoce en esta zona. Un aspecto más a resaltar en esta sorprendente formación natural.

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