jueves, 5 de diciembre de 2013

Imágenes del belén de Lyon



            El pasado martes dimos cuenta de la inauguración del belén borjano instalado en la basílica de Notre Dame de Fourviére de Lyon. Atendiendo a las peticiones de varias personas, incluimos hoy algunas imágenes del contenido del mismo.
            El belén que, como señalamos, responde a las dimensiones que nos habían sido establecido, está concebido para que pueda ser visitado recorriendo sus cuatro lados.

            Como señaló el rector de la basílica, consta de dos partes bien diferenciadas. La anterior se centra en el Misterio del Nacimiento, teniendo como eje un portal realizado con unos grandes troncos de madera. El grupo formado por la Virgen, San José y el Niño es la pieza más antigua del belén. Aunque en la fotografía no se aprecien, pues están en la zona de sombra, no faltan el tradicional buey y la mula.




            En el lateral derecho, está representada la Anunciación del Ángel a los pastores, dentro de una cueva iluminada. A sus pies, se encuentra un cercado con animales, un pastor con sus ovejas y una persona elaborando adobas.



            En la parte posterior cobra especial protagonismo la actividad cotidiana de una pequeña ciudad, aunque en ella también aparecen dos escenas bíblicas. En la parte superior, la Anunciación del arcángel San Gabriel a María y, más abajo, San José en busca de posada. 




            En la parte posterior cobra especial protagonismo la actividad cotidiana de una pequeña ciudad, aunque en ella también aparecen dos escenas bíblicas. En la parte superior, la Anunciación del arcángel San Gabriel a María y, más abajo, San José en busca de posada. 



            Esta zona se cierra con la escena de la llegada de los Reyes Magos, a través de un desierto con abundantes palmeras. Sus imágenes, situadas en primer plano, son de mayor tamaño que las del fondo, para acentuar la perspectiva del conjunto.




            En el lateral izquierdo se ha dispuesto un pequeño lago en el que, mediante un circuito cerrado, fluye el agua a través de las rocas. Es curioso que, hasta el momento, ninguno de los belenes instalados en la basílica había contado con agua, lo que también fue motivo de sorpresa.
            El recorrido termina con una representación de la matanza de los Inocentes y con un árbol con sus hojas caídas, como símbolo del Otoño. Ayer nos comunicaban  desde Lyon que “los visitantes están encantados con el belén” y que ya son numerosas las personas que se han acercado a contemplarlo. Justo reconocimiento a los artífices de esta obra Manuel Pablo y José María Belsué.

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