miércoles, 27 de agosto de 2014

Sorprendente construcción fortificada


            En la partida de Cánovas, muy cerca de Borja, se alza esta construcción de planta rectangular de 7,50 x 7 metros que, desde la lejanía, puede parecer una caseta de campo como otras muchas.




            Sus muros son de adobe, aparejados a tizón y con las esquinas reforzadas con ladrillo. En el punto medio de cada uno de sus lados más cortos se alza un machón de ladrillo en el que apeaba la viga puente  que soportaba una cubierta a dos aguas, ya desaparecida, que volaba sobre un alero de dos ladrillos a tizón. 




            En el interior no se aprecian restos de pavimento ni de compartimentación. Tan solo en el centro se alza ahora una pequeña garita con un ventano que cubre a un pozo de peculiar estructura.



            El pozo es de planta rectangular, de unos 5 x 2 metros, con una profundidad aproximada de unos 8 metros. Sus paramentos son de mampostería de excelente ejecución, y está dividido transversalmente por otro muro de menor altura. 



            Pero lo más sorprendente es que todos los muros estaban revocados exterior e interiormente y, en cada uno de sus lados, se disponen cuatro aspilleras, con una función claramente defensiva. 




            La estructura de estas aspilleras es similar a las encontradas en otras fortificaciones del siglo XIX, como las del convento de capuchinos, convertido en fuerte durante la guerra de la Independencia. Su derrame interior es de ladrillo y la apertura exterior se ha mantenido en algunas de ellas, aunque en otras fue ocluida posteriormente. 





            Pedro Domínguez Barrios ha realizado estos excelentes croquis de esta construcción cuya finalidad parece ser la de proteger el pozo, desde un punto de vista militar. Ello nos lleva a interrogarnos sobre el momento en el que se realizaron estos trabajos. Un hipótesis razonable sería el situarlos en el marco de la guerra de la Independencia, un conflicto en el que los franceses se vieron forzados a fortificar algunos puntos de la comarca. Posteriormente, durante las guerras carlistas se acometieron obras similares en algunos lugares. De esa época es el fuerte fusilero de Novillas. Por otra parte, en los enfrentamientos suscitados en el siglo XIX también se realizaron trabajos de este tipo. De hecho, el fuerte de Capuchinos volvió a ser rehabilitado. Sin embargo, por el momento no encontramos respuesta para justificar la necesidad de fortificar un pozo en las inmediaciones de nuestra ciudad. 

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