sábado, 11 de octubre de 2014

Águilas en la Heráldica municipal. Sobre un lamentable error


            Cuando, recientemente, publicamos un artículo sobre la heráldica municipal de Mallén, uno de los lectores habituales de esa localidad nos preguntó sobre el modelo arriba representado, que no reprodujimos entonces, en el que aparece como soporte el “águila de San Juan”.




            No era el único caso en nuestra comarca en el que aparecía el águila. Estaba también presente en Novillas y Fuendejalón. Pero, lo más sorprendente es que Bordón, Cantavieja, Chiprana, Encinacorba, Grisén, La Iglesuela del Cid, Lanaja, Samper de Calanda, Villarluengo y algunos otros municipios aragoneses que, como los anteriores habían pertenecido, en el pasado a la Orden de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta.




            Sobre esta circunstancia llamamos la atención en un artículo publicado, en 1995, en nuestro Boletín Informativo. Decíamos allí que la Orden Hospitalaria de San Juan Jerusalén tiene, como patrón, a San Juan Bautista, “el más grande de los mortales nacidos de mujer”, mientras que el águila es el distintivo de San Juan Evangelista. Por lo tanto, incluir el águila de Patmos en la heráldica de esos municipios, para resaltar su vinculación con la citada orden, constituía un lamentable error.
            Los responsables del mismo fueron destacados “especialistas” y profesores universitarios, cuyos nombres omitimos pues algunos ya no están entre nosotros. A partir de sus informes, incorporaron el águila los ayuntamientos de Novillas y de Fuendejalón, por citar dos casos de nuestra comarca y, posteriormente, el error se extendió a otras muchas localidades. Se salvaron algunos municipios como Ambel y Alberite de San Juan, posiblemente porque no recabaron tan doctas opiniones.



El error subsistió durante algunos años, como en el caso de Fuendejalón donde no sólo aparecía en sus programas de fiestas sino que, todavía puede verse en los azulejos colocados en una vivienda particular, situada en la carretera.



            Lo mismo ocurrió en Novillas, donde se distribuyeron llaveros, uno de los cuales conservamos en nuestro archivo, cuya imagen reproducimos.
            Posteriormente, hubo que modificarlos, lo que se llevó a cabo dentro de ese peculiar proceso llevado a cabo por el Gobierno de Aragón, como consecuencia del cual han sido aprobadas las armas de muchas localidades con sorprendentes “diseños” ajenos a  las reglas de la heráldica. Para ello, basta con leer los informes que la Real Academia de la Historia viene emitiendo para los casos de los municipios españoles que, todavía los someten a su consideración, lo que no ocurre en Aragón y otras comunidades autónomas que han regulado instituciones consultivas propias. Pero, sobre ello y sus consecuencias, volveremos en otra ocasión.

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