sábado, 3 de octubre de 2015

Flores en las ciudades



            No hace muchos días, en nuestro recorrido por tierras castellanas, visitamos Ayllón, una localidad con numerosos monumentos de gran interés, indirectamente relacionada con nuestra ciudad pues, desde allí, llegaron varias religiosas concepcionistas que pasaron a formar parte del convento de Borja.

            Aunque merecería la pena comentar la belleza de algunos de sus edificios más representativos, lo que también nos llamó poderosamente la atención es el aspecto que presentaban sus cuidadas calles gracias, en gran medida, a las flores y plantas que engalanan sus balcones y ventanas.




            No es un caso único pues también vimos algo semejante en la plaza mayor de Cuéllar, otra hermosa localidad segoviana. Es evidente que la colaboración de los vecinos contribuye, en gran medida, al ornato de nuestros municipios.



            En este sentido, siempre nos hemos interrogado acerca de las razones por las que, en Borja, esta costumbre arraigada en el pasado ha ido decayendo en nuestros días. De hecho, en muy pocos edificios vemos flores, aunque las hay en algunos particulares. No hace mucho, nuestro Ayuntamiento propició una campaña para estimular este proceder, aunque sin demasiado éxito. La sede del Consejo Comarcal, en la calle Nueva, se vio poblada de geranios rojos, algo que quisimos imitar en la Casa de Aguilar, con la desagradable sorpresa de que los geranios de nuestro balcón no llegaron a dar flores ni el pasado año ni a lo largo de este verano, a pesar de los cuidados a que los sometimos. 



            No sabemos si en ello influye el clima, pero debemos insistir en esta cuestión, pues la imagen que ofrecerían las calles borjanas sería radicalmente diferentes si las flores volvieran a las fachadas de todos nuestros edificios.

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