domingo, 29 de noviembre de 2015

Sobre baptisterios de Borja



            Ha llegado a nuestro poder, merced a la generosidad de un colaborador habitual de nuestro Centro, el impreso cuyo anverso y reverso reproducimos arriba y del cual no teníamos noticia. Sus dimensiones son de 21 x 15 centímetros y está editado en cartulina, tipo postal.
            Aunque desconocemos, por el momento, cuándo fue publicado, el texto del reverso nos induce a pensar que lo fue con ocasión del traslado de la pila bautismal de la antigua colegiata de Santa María a su emplazamiento actual en la capilla de San Esteban, en el lateral de la nave.

            Para reforzar el carácter de baptisterio que adoptó a partir de aquel momento, se pintó en el lateral derecho el mandato de Jesucristo que recoge el evangelio de San Matero y que también figura en el reverso del impreso. En la pared lateral se instaló, enmarcada y retroiluminada la vidriera que existía en el antiguo baptisterio. La capilla se cerró con una verja que, como en la de San Antón, procedía de las que delimitaban el presbiterio.




            El antiguo baptisterio de la colegiata estuvo ubicado en una capilla del claustro que, posteriormente, fue dedicada a San Judas Tadeo y cuya desaparición está prevista dentro de las obras de restauración que, en distintas fases, se están acometiendo en este espacio.



            Cerrada con una reja reaprovechada de otro lugar, esta capilla donde se encontraba la pila bautismal no era demasiado antigua, aunque su emplazamiento respondía a la lógica de su cometido. Porque siendo el Sacramento del Bautismo, la puerta de entrada a la comunidad de fieles cristianos, los baptisterios estuvieron inicialmente separados de los templos, en edificios independientes. Posteriormente, fueron situados al pie de las naves, junto a las puertas de acceso, como señal de la función que llevaban a cabo. Cuando era posible, como en el caso de Santa María, estaban fuera del propio templo.
            Tras el Concilio Vaticano, II que en muchos aspectos intentaba un retorno a los orígenes, ese simbolismo fue diluyéndose al primar el carácter comunitario de la práctica sacramental. Precisamente por ello, la modificación introducida en Borja sirvió de poco ya que, para la administración del Bautismo se viene utilizando una pila móvil que se desplaza al presbiterio en caso de necesidad, guardándose mientras tanto en la capilla de la Virgen de la Peana.




            Estos cambios que estamos comentando no han sido los únicos en el transcurso de la historia, pues si observamos las características la hermosa pila que ahora se encuentra en la citada capilla de San Esteban, cabe suponer que no fue la primea existente en la colegiata. De ahí que, en ocasiones, nos hemos planteado la hipótesis de que su lugar lo ocupara, con anterioridad, la que ahora está en la iglesia parroquial de Albeta. Se da la circunstancia de que en ella están grabadas las armas primitivas de Borja. Al ser ese lugar uno de los barrios de la ciudad, el concejo las mandó grabar en la entrada del templo, cuando fue obligado a construirlo, tras la conversión de los moriscos. Es posible que hiciera lo mismo en la pila bautismal, aunque también cabe la posibilidad de que, para ahorrar gastos, reutilizara otra que había caído en desuso.
            Frente a esta hipótesis cabe aducir que resulta extraño que en la pila bautismal de la colegiata, el cabildo permitiera que aparecieran las armas del concejo. Sin embargo, disponemos de testimonios orales que señalan su presencia en la pila de la antigua parroquia de San Miguel que, hasta mediados del siglo XX, se conservó en la de San Bartolomé. No podemos comprobarlo ya que, según los mismos testimonios, cuando se reformó este templo, arrasando su Patrimonio Artístico, la citada pila fue destruida con un mazo y sus restos empleados en la construcción. 

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