jueves, 6 de octubre de 2016

Identificado el autor de un grabado


            Durante los trabajos de inventario de un palacio borjano, apareció la plancha de un grabado del que el pintor y grabador borjano Jorge Andía realizó una reducidísima reimpresión.

            En él estaban representadas las armas de los Ahones, con las dos campanas y la leyenda “Campanas de Ahones ia non cvmbavre mes”. En realidad la expresión correcta sería “Campanas de Ahones ia (ya) non çumbairem mes” (Campanas de Ahones ya no sonarán más).




Estas armas aparecen también en el cuartel superior del escudo municipal de Sobradiel, ya que los Cavero de Ahones fueron condes de Sobradiel y las traían en un escusón, como principales de la casa. En el dibujo que hemos tomado de Wikipedia en la voz correspondiente, sobra una M, como ya se hacía notar en uno de sus foros de discusión.
            Aunque el grabado original, localizado en el palacio borjano estaba firmado, no ha sido hasta ahora, cuando gracias a la excelente obra de Luis Roy Sinusía, El arte del grabado en Zaragoza durante el siglo XVII, editada por la Institución “Fernando el Católico”, hemos podido conocer datos sobre la biografía del mismo.

            Se trata de José Vallés, platero y calcógrafo zaragozano, activo entre 1628 y 1655, considerado uno de los más importantes maestros de su época. Entre las numerosas obras documentadas destacan los escudos heráldicos que grabó, con carácter individual o formando parte de las portadas de determinadas obras. En la obra referida se hace alusión a los escudos de Aragón; de Zaragoza; de Huesca; de Teruel; del Cabildo Metropolitano; del abad del monasterio de San Juan de la Peña, fray Juan Briz Martínez; del arzobispo de Valencia, fray Isidoro de Aliaga; de Alonso Girón; de Gaspar Girón; de Pedro Fajardo Zúñiga; de la Orden de San Juan de Jerusalén; de Juan Paulo Lascaris de Castelar; del Hospital de Ntra. Sra. de Gracia; de Lupercio de Arbizu: de Mateo Virto de Veras; del arzobispo de Zaragoza D. Juan Cebrián; de Andrea Cantelmo; de Bernardino Fernández de Velasco; de Antonio Ximénez de Urrea; del obispo de León D. Bartolomé Santos de Risoba; y de Pedro de Navarra y de la Cueva. A todas ellas habrá que sumar la encontrada en Borja, de la que acabamos de dar noticia.

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