jueves, 12 de enero de 2017

Efemérides del 12 de enero

El 12 de enero de 1712 fue asesinado en Borja, el corregidor D. Antonio Fernández Treviño, un suceso que conmocionó a la ciudad. El hecho hay que enmarcarlo en un momento histórico en el que, tras la guerra de Sucesión y los decretos de Nueva Planta, Aragón había sido dividido en corregimientos, siendo nuestra ciudad cabeza de uno de ellos que, por cierto comprendía un amplio territorio.


Retrato de Felipe V. Salón de Reyes. Casa Consistorial de Borja (Foto E. Lacleta)

D. Antonio Fernández Treviño era catedrático de la Universidad de Zaragoza y había sido nombrado en septiembre de 1711, siendo el primer corregidor que vino a reemplazar a D. Juan de San Gil y del Arco, perteneciente a una familia de clara lealtad borbónica, que había sido Gobernador Militar y Político de la ciudad.
Ante la gravedad de lo acaecido fue enviado el Teniente General D. Gaspar de Ocio y Mendoza, al mando de ocho batallones que tuvieron que ser alojados aquí y en otras localidades del entorno, en previsión de lo que pudiera ocurrir.

Las autoridades municipales intentaron localizar al homicida y fueron registrados los conventos, por si se hubiera acogido a sagrado, como era frecuente. Se ofreció una recompensa de 500 escudos a quien proporcionara alguna pista fiable y se pudo encontrar la vaina de la espada del agresor que, sin embargo, no pudo ser identificado.

Mientras tanto, todos los miembros de la corporación vistieron de luto y dos regidores acudieron a la casa de la viuda, Dª Antonia Nasarre, para darle el pésame. El funeral tuvo lugar en la mañana del 15 de enero, en la colegiata de Santa María y todas las campanas de la ciudad estuvieron doblando a duelo durante varias horas.



El 12 de enero de 1923 nació en Borja D. Alfredo Rodrigo Ballesta. Era hijo de D. Juan Rodrigo Arlegui, que desempeñaba la gerencia de la empresa “Fuerzas Eléctricas de Navarra”, y de Dª María Ballesta Ruiz. Desde muy niño, destacó por su insaciable afán de saber, siendo uno de los más distinguidos alumnos del colegio de Santa Ana, donde había iniciado la preparación para cursar el Bachillerato, cuando un proceso meníngeo le provocó la pérdida total de la visión en los dos ojos.
Con gran entereza supo asumir su situación, superando todas las limitaciones. Afiliado a la ONCE aprovechó todas las oportunidades que le brindaba para desarrollar su inquietud cultural en las más diversas áreas del conocimiento.

Lector incansable con el método Braille, aprendió a escribir a máquina y se relacionó con gentes de todo el mundo con las que intercambiaba sellos. También fue un excelente jugador de ajedrez. Pero su vida no quedó circunscrita al ámbito privado, sino que se proyectó a toda la ciudad. Desarrolló una intensa labor apostólica en el seno de la Congregación Mariana, de la que llegó a ser Presidente y en la Juventud de Acción Católica, así como en las Conferencias de San Vicente de Paul que también presidió.



Poeta y escritor infatigable, sus trabajos aparecieron publicados en el semanario Lauro y en los programas de Fiestas. También obtuvo premios literarios y fue Consejero del Centro de Estudios Borjanos, en el momento de su fundación. Falleció en Borja en 1993 y, al año siguiente, le fue rendido un homenaje con la publicación de una selección de su producción literaria, en un libro que llevó por título Luz en la oscuridad.

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