jueves, 26 de enero de 2017

Un ilustre borjano desconocido




         Acabamos de conseguir una rareza bibliográfica, el Compendio de la Historia de la Filosofía, publicado en Guatemala en 1885, que a su interés une el hecho de contar con una dedicatoria autógrafa de su autor: Valero Pujol Bada, un singular personaje nacido en Borja que, incluso para nosotros, había pasado desapercibido y no lo incluimos en el Diccionario Biográfico.


         Nacido en nuestra ciudad en 1837, por el momento no conocemos las circunstancias que rodearon este hecho ni datos relacionados con sus primeros años.



         Afiliado al partido republicano y amigo personal de relevantes políticos de la época como D. Nicolás Salmerón, tras la proclamación de la I República fue nombrado Gobernador Civil de Huelva y el 30 de junio de 1873, siendo Presidente D. Francisco Pi y Margall, fue nombrado Gobernador Civil de Huesca, cargo que desempeñó hasta el 31 de enero de 1874. La fecha de su cese la hemos tomado de la relación de Gobernadores Civiles de la provincia que publicó el 6 de mayo de 1997 el Diario del Altoaragón. No obstante, el 3 de enero de 1874 se había producido el golpe de Estado del general Pavía y, aunque la República se mantuvo nominalmente hasta el pronunciamiento de Sagunto, en diciembre de ese año, el curso de los acontecimientos y el fracaso del partido republicano afectaron profundamente a Valero Pujol.



Escuela Politécnica

         No es de extrañar por lo tanto que aceptara la invitación que le cursó su amigo el Comandante de Ingenieros D. Bernardo Garrido y Agustino para trasladarse a Guatemala, a donde llegó en 1875.

         Bernardo Garrido era el Jefe de la misión enviada por el gobierno español para colaborar en la reestructuración de las Fuerzas Armadas guatemaltecas. Acababa de fundar la Escuela Politécnica del Ejército, de la que fue primer Director, y su retrato encabeza la galería de los responsables de ese prestigioso Centro a cuyo cuadro docente se incorporó Valero Pujol.


Instituto Central

Iniciaba así una brillante carrera en ese país, en el que también fue profesor del Instituto Central para varones y de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional, hecho curioso pues no poseía ningún título académico. No obstante, D. Miguel Castro Gómez en su tesis doctoral “El aporte de los emigrantes españoles a la Economía, Cultura y Educación de Guatemala”, defendida en la Universidad Pontificia de Salamanca y en la de Guatemala, en 2013, señala que Pujol, “un español aragonés”, “formó parte de la comisión que redactó los nuevos códigos de Guatemala en 1877, entre ellos el Código Civil”.


José Martí

         Compañeros suyos en el Instituto Nacional Central fueron hombres de la talla del héroe cubano José Martí o el poeta Rubén Darío. Martí, en una cariñosa carta que dirigió a Pujol, recogida en su epistolario, le decía: “Ud. me ha hecho mucho bien; hágame aún más. No diga Ud. de mí, que eso vale poco: Escribió bien, habló bien. Diga Ud., en vez de esto: Es un corazón sincero, es un hombre ardiente, es un hombre honrado”.


Rubén Darío

         Por su parte, Rubén Darío se refería a nuestro paisano diciendo: “En cualquier parte del mundo pudo habérsele tomado en cuenta como un eminente intelectual, porque fue un hombre importante en el más alto concepto del vocablo”.

         Pujol fue, efectivamente, un destacado intelectual que poseía una sólida formación filosófica. Adscrito al positivismo, la obra que hemos adquirido, le fue encargada por el gobierno guatemalteco, para servir de libro de texto en los Institutos de Enseñanza Media. No fue la única que escribió. También son suyas una Historia Universal (en tres volúmenes), un Compendio de Historia Universal, un Estudio sobre el establecimiento del sistema constitucional en España y una Miscelánea que nos gustaría conseguir, aunque es tarea compleja. No obstante, existen ediciones facsimilares mucho más fáciles de adquirir.


Federico Gamboa Iglesias

    
     No tenemos imágenes suyas, pero el escritor y diplomático mexicano Federico Gamboa Iglesias que estuvo al frente de la legación de su país en Guatemala, donde conoció a Pujol, afirmaba que era de complexión recia, delgado y de rostro afilado, parecido a D. Quijote de la Mancha.


Enrique Gómez Carrillo

         Nunca renunció a sus ideales republicanos y otro intelectual guatemalteco que le trató, Enrique Gómez Carrillo, escribió: Un español ilustre, que en tiempos de la República de Castelar fue gobernador de Huesca, el Sr. D. Valero Pujol, que ahora vive en América esperando el triunfo de la Revolución española, me decía pocos días ha: Creo que dentro de algunos años podré volver a mi tierra”.


Ferrocarril del Sur

         Regresó efectivamente, desengañado por la evolución de la situación política de Guatemala, donde se había casado y había tenido varios hijos. Por ello, y porque en España se había consolidado la monarquía, regresó a Ciudad de Guatemala. Ejerció como corresponsal de varios periódicos y se empleó como consultor en el Ferrocarril del Sur. Más tarde, trabajó en el Ferrocarril Central, falleciendo en 1915 en la capital guatemalteca.

         Hemos querido compartir con nuestros lectores el “descubrimiento” de este relevante borjano, sobre el que intentaremos ampliar datos y reunir nuevos recuerdos, aunque, para responder a las preguntas que algunos puedan formular, ya hemos podido constar que “no hizo nada por Borja”, salvo el hecho de haber nacido en nuestra ciudad, dato que figura en todas sus biografías.

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