lunes, 27 de noviembre de 2017

Italianos en el Santuario de Misericordia



         Que durante la guerra civil hubo en el Santuario de Misericordia de Borja una unidad italiana allí estacionada es un hecho conocido e, incluso, hemos publicado aquí algunas fotografías que logramos adquirir en una subasta internacional. Pero ahora D. Jesús Morer nos ha hecho llegar estas imágenes en las que aparecen una serie de personas de nuestra ciudad que trabajaron con ellos durante esa etapa. Evidentemente, se trataba de quienes por su edad no habían sido movilizados para los frentes de batalla.





         Siempre ha despertado curiosidad el cometido de los italianos en nuestro Santuario. Hoy sabemos que era una unidad de transporte y reparación de vehículos, como los que se ven en la imagen tomada allí. Pero, a través de un cartel fijado en uno de los árboles, indicando el lugar de aparcamiento nos ha llamado la atención a Pasquale Trucchi, uno de los empresarios italianos del sector del transporte más importantes de aquellos años y que fue quien gestionaba el movimiento de camiones en Borja. Por otra parte, los militares destinados aquí eran profesionales y, por sus uniformes, hemos podido constatar que algunos pertenecían al Cuerpo de Carabinieri.




         Se alojaban en las llamadas “Casas de Gracia” y, por su simpatía, pronto establecieron relaciones con muchas jóvenes de Borja que, en algunos casos, llegaron a consolidarse al contraer matrimonio.



         Ese fue el caso de estos dos galanes. El de la izquierda era el Suboficial de Carabinieri D. Nicola Urbani y el de la derecha el Oficial D. Carlo Violi. Ambos se casaron con dos apuestas jóvenes borjana.  Carlo murió en el transcurso de la II Guerra Mundial, pero Nicola formó su familia en nuestra ciudad, donde tiene continuidad.




         Aquí aparecen María Pilar López, entonces novia de Nicola Urbani, y Consuelo Tejero que, muy pronto, quedó viuda de Carlo Violi. La afabilidad de los italianos contaba también con el apoyo de preciosos modelos de coches, entonces desconocidos entre nosotros, como ese Lancia negro que se aprecia en la primera imagen. No es de extrañar, por lo tanto, que triunfaran en Borja. De hecho, de cuando en cuando, aparecían alemanes que eran mucho más distantes y “secos”. Por testimonios recabados de los niños de entonces, únicamente se dirigían a ellos para pedirles las cajas metálicas de los cigarrillos que fumaban, pues al parecer estaba de moda coleccionarlas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario