sábado, 23 de diciembre de 2017

Efemérides del 23 de diciembre


El 23 de diciembre de 1916 nació en Zaragoza D. Gregorio Sanemetier Luna. Cursó los estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar de esa ciudad. Tras su ordenación sacerdotal a los 25 años de edad fue nombrado párroco de El Pozuelo de Aragón que, por entonces, pertenecía al arzobispado de Zaragoza. Cuando en enero de 1956 entró en vigor la nueva demarcación territorial de nuestras diócesis, pasó a depender del obispado de Tarazona, aunque continuó desarrollando su actividad pastoral en la misma parroquia, en la que se jubiló el 20 de enero de 1982. Fueron más de 40 años de entrega y dedicación a un solo municipio, un caso que no es demasiado frecuente. Cuando se retiró fue a residir a Zaragoza y durante algunos años estuvo adscrito a la parroquia de Santo Dominguito de Val, como colaborador. Falleció en la Residencia Sacerdotal del Seminario de San Carlos el 17 de diciembre de 2003. En sus exequias estuvo presente el alcalde de El Pozuelo de Aragón, en representación de un municipio que recuerda con cariño al que, durante tanto tiempo, fue su párroco.




El 23 de diciembre de 1921 nació en Borja D. José Manuel Montorio Gonzalvo. Era hijo de Perpetuo Montorio, un zapatero que había contraído matrimonio con Francisca Gonzalvo Lajusticia, natural de Barcelona, con la que tuvo seis hijos. Aprendió las primeras letras en el colegio de Santa Ana y siendo muy pequeño falleció el padre, dejando embarazada a la madre que dos meses después dio a luz al menor de los hermanos. Por ello, en 1930, la familia se trasladó a Barcelona al amparo de la abuela materna Anselma Lajusticia. Durante un tiempo, el pequeño José Manuel pudo continuar sus estudios, pero al cumplir los once años fue colocado en un despacho de aceites y lubricantes, contribuyendo de esta forma a la precaria economía familiar.

La guerra le sorprendió en la ciudad condal y mientras sus hermanos Máximo y Miguel se incorporaron al ejército republicano, su hermano Santiago combatió en el otro bando. José Manuel ocupó el puesto que había dejado vacante uno de sus hermanos en la Central del Neumático, un taller de vulcanización que fue incautado por la CNT a la que se afilió.



Aunque su quinta llegó a ser movilizado en enero de 1939, no llegó a incorporarse ya que el 26 de enero de ese año se produjo la caída de Barcelona, tras la que se exilió a Francia donde, a comienzos de 1940, fue enrolado en una compañía de trabajadores extranjeros. Al iniciarse la ocupación alemana huyó en dirección al Sur, pero fue capturado e internado en el campo de Argelès-sur-Mer. Meses después el gobierno de Vichy hizo entrega de todos los exiliados españoles a las autoridades alemanas y fue conducido al campo de Saint-Medard-en-Jalles, donde fueron concentrados más de 8.000 antiguos combatientes republicanos, utilizados para construir una base de submarinos cerca de Burdeos.
En 1942, con la ayuda de la resistencia francesa, volvió a huir, entrando a formar parte de la 31ª Brigada de Guerrilleros Españoles, integrada por miembros del Partido Comunista y 70 afiliados a la CNT. En esta unidad combatió hasta el final de la II Guerra Mundial, pasando después a varias escuelas creadas por el PCE para formar a los guerrilleros que quería introducir en España.

Allí fue elegido para formar parte de un grupo de cinco guerrilleros que, bajo el mando de Doroteo Ibáñez Alconchel, fueron enviados a España. Con el sobrenombre de el “Chaval”, cruzó el Ebro en la noche del 13 de diciembre de 1945 llegando a la sierra de Javalambre en enero de 1946. Allí se creó la Agrupación Guerrillera de Levante con la que participó en varias acciones durante algunos años, aunque en condiciones muy precarias y sometidos al acoso de la Guardia Civil que les ocasionó varios muertos. En 1948 ingresó en el PCE, aunque manteniendo su afiliación en el sindicato anarquista. A comienzos de 1952 el partido dio la orden de evacuación ante la crítica situación en la que se encontraban los guerrilleros. José Montorio fue encargado del repliegue, que pudo llevar a cabo con grandes dificultades y la pérdida de nuevos hombres. En las proximidades de Amélie-les-Bains-Palalda fue detenido por los gendarmes y expulsado a España.



Comoquiera que se limitaron a situarlo al otro lado de la frontera, sin contactar con las autoridades españolas, dos días después retornó a territorio francés, donde vivió escondido durante tres años, hasta que en abril de 1955 el partido lo envió a Checoslovaquia, donde pudo rehacer su vida trabajando en una fábrica metalúrgica. Al conocer a la que sería su compañera el resto de su vida, pasó a residir en Praga, donde trabajó 25 años en la embajada de Cuba. En 1977 recuperó el pasaporte español, aunque siguió residiendo en Checoslovaquia, asistiendo al desmoronamiento del bloque soviético. En 2003 contactó con el Centro de Estudios Borjanos, remitiendo el manuscrito de sus memorias. Al tener conocimiento de ello, la agrupación local del PSOE inició los trámites para que pudiera regresar a su ciudad natal donde falleció el 27 de abril de 2009. Aquí publicó sus memorias y recibió diversos homenajes, entre ellos el que tuvo lugar en la Casa de Aguilar. Sus cenizas reposan en el cementerio de Borja, donde recientemente le fue tributado un nuevo homenaje a su memoria. 

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