martes, 16 de enero de 2018

El peligro de los navegadores




         El pasado día 11, un camión de gran tonelaje llegó hasta la plaza del Mercado de Borja. La hora en la que se produjo el hecho, hizo posible que la actuación de la Policía Local, la Guardia Civil y el propio Alcalde, permitiera hacerlo salir, marcha atrás y con grandes dificultades, por la calle de Goya hasta el exterior del casco urbano.



         No se trata de un hecho aislado. Al día siguiente, otro camión de menor tonelaje quedó encajonado en la calle Coloma, hasta donde había logrado penetrar. Hace pocos días, alrededor de las doce y media de la madrugada tuvimos que impedir, en solitario, que otro camión de considerables dimensiones que había llegado a la plaza del Mercado se adentrara en la calle Coloma. En este caso, iba al volante un camionero polaco que no hablaba español e insistía en continuar, ya que ese era el itinerario que le marcaba el navegador. Logramos que saliera de la cabina y, tras reconocer el trayecto, al final se convenció de la imposibilidad de pasar. Lo que ocurrió es que la maniobra de retroceder por la plaza, con coches aparcados a ambos lados resultó sumamente dificultosa y tardamos cerca de una hora en que pudiera salir.

         Es cierto que a la entrada del arco de Borja hay una limitación de tonelaje de la que no se percatan, pero el problema afecta también a autocaravanas de ciertas dimensiones que siguen las indicaciones del navegador. Ahí radica el problema y es lo que habría que corregir, aunque ignoramos el procedimiento para que se modifiquen los datos que facilitan, ante el riesgo que entraña para los edificios del casco antiguo y para los propios vehículos. Nos imaginamos que nuestras autoridades, que han podido constatar las consecuencias, habrán adoptado las medidas oportunas para solventar esta cuestión que no es intrascendente.

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