domingo, 1 de julio de 2018

El Gran Capitán y Cesar Borgia


         Hace unos días semanas informamos en este blog del descubrimiento por parte de dos investigadores ligados a nuestro centro, D. Hugo Vázquez Bravo y D. Ramón Vega Piniella, de la que se podría considerar la primera bandera que un ejército moderno portó en España, noticia de la que se hicieron eco numerosos medios de comunicación.
         Fruto de esa misma investigación ambos investigadores localizaron también los dos primeros retratos que se conocen de Fernando Fernández de Córdoba, que son los únicos que, por el momento, se han encontrado de los que se le realizaron en vida, por lo que su valor es excepcional.

Más allá de la aparente escasa calidad de esas dos imágenes, éstas nos sirven para conocer algunos de los rasgos característicos de este personaje de tan singular biografía, y del que sólo poseíamos una visión muy idealizada. Así pues, nos llama la atención su melena castaña y rizada o el tipo de vestimenta que portaba, que fueron representadas por un artista que le conoció en persona, y que le dibujó sin más pretensión que plasmarlo como era.





Dichas representaciones, además, fueron compuestas siendo él aún joven, durante su primera campaña en Italia, en la que según sus biógrafos, se ganó entre sus hombres el apelativo de “Gran Capitán”. Esto se debió a éxitos tan rotundos como vencer a los franceses en el sitio de Atella o, al servicio del Papa Alejandro VI, liberar la fortaleza de Ostia de Menaldo Guerri o Guerra, corsario vizcaíno que la sostenía por el bando francés, impidiendo la llegada de bastimentos a la ciudad de Roma.
De hecho, la sociedad napolitana e italiana en general, era muy distinta de la que años después encontraría en su retorno a ese reino. Esto nos ha proporcionado otro testimonio de gran valor, una de las escasas representaciones de César Borgia como cardenal y, además, cabalgando junto al general cordobés y la infanta Juana, la que sería esposa del futuro rey Fernando II de Nápoles.
Para nosotros este descubrimiento es especial, pues pretendemos que nuestro centro sea una referencia en lo que refiere al estudio de esta importante familia que llevó por apellido e hizo célebre, aunque italianizado, el nombre de nuestra ciudad.
Como último aspecto a destacar, debemos incidir, del mismo modo, en que este hecho no hace más que destacar la vinculación que existió entre estos dos grandes personajes históricos del Renacimiento, relación que pudo resultar antagónica, pues ambos resultaban ejemplos contrapuestos de las virtudes que habría de tener un militar por entonces, aunque nadie negó por ello a ninguno de los dos su genialidad. Hugo Vázquez, autor de este estudio junto a Ramón Vega, próximo a aparecer y del que ofrecemos esta información como primicia, ya incidía en esta cuestión en la obra que publicó el Centro de Estudios Borjanos, editada como recuerdo a Gonzalo Fernández de Córdoba en el quinto centenario de su fallecimiento. Pero también queda reflejada en los capítulos que se dedica a la biografía de César Borgia, duque de Valentinois, en la crónica que Antonio Rodríguez Villa denominó como Manuscrita.

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