lunes, 20 de agosto de 2018

Ermitaños en San Sebastián de Ainzón


         Pedro Domínguez Barrios sigue incansable en su propósito de destacar la importancia de la ermita de San Sebastián de Ainzón, tanto desde el punto de vista arquitectónico como en relación con la historia de esa localidad.

         Ahora, nos ha enviado unos datos sobre antiguos ermitaños de la misma que fueron localizados por D. Pedro José Aznar Sanmartín consultando el libro de defunciones de la parroquia de Ainzón.




         Reproducimos aquí las referencias a cuatro de esos ermitaños del siglo XVIII que residieron y cuidaron de la ermita en aquella época, como ocurría en todas las de nuestra zona:

         “A 23 de febrero de 1710 murió Pedro de Ainzón, hermitaño de la hermita de San Sebastián con los sacramentos de penitencia, comunión y extremaunción que le administro mossen Pedro Briz coadjutor, no testó que era pobre hermitaño. Se enterró de limosna en el cementerio”.

         “A 26 de octubre de 1713 murió Manuel Vicencey hermitaño de la hermita de San Sebastián de esta villa, no pudo recibir los sacramentos porque le hallaron ya privado de todos los sentidos, era pobre, se enterró en la hermita como ai otros hermitaños enterrados”.

         “El 3 de julio de 1735 murió Antonio Francés hermitaño de la hermita de San Sebastián de esta villa, después de haber recibido los sacramentos de penitencia y eucaristía, no hubo lugar a la extremaunción, se enterró en la misma hermita de limosna y era natural de Magallón”.

         “En 31 de octubre de 1753 murió Francisco Rubio, hermitaño de San Sebastián y solo pudo recibir la extremaunción, di cuenta de su intestado al Sr. Juez Monreal y dispuso que de 30 l. que importaban sus bienes se le remitiesen para misas 20 l. y lo restante para pagar su entierro y cavo de año y limosna a dos primas hermanas viudas del otro hermitaño y todo se cumplió”.


         A Pedro Domínguez le llama la atención que actualmente en la ermita no se perciban restos de dependencias adosadas en las que pudieran tener su alojamiento los ermitaños. Sin embargo, apunta que pudiera estar ubicada en los corrales que ahora se ven, levantados con mampuesto de canto rodado que, probablemente, podrían corresponder a la antigua vivienda.




         En su última visita a la ermita pudo leer el texto del grafito situado bajo el arco toral del lado de la Epístola. Está representado un fusil con bayoneta y a su derecha una figura humana esquemática que se dispone a tomarlo. Entre ambos dibujos se lee: “fusil republicano” y a la altura de la bayoneta: “A todos  combatientes, no más mártires”, lo que interpreta como una alusión a la Guerra Civil. No es el único existente en el interior de la ermita, dado que en sus muros se encuentran también otros, como puede apreciarse en la segunda foto.





         Nos ha facilitado otras imágenes del estado en el que se encontraba el forjado del coro hace ya algún tiempo. Todo ello con el objetivo de poner de manifiesto la necesidad de acometer la recuperación de este templo medieval que es un monumento importante de nuestra comarca.

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