miércoles, 26 de septiembre de 2018

Impresiones del viaje a Santiago


         La catedral de Santiago es el punto de destino de numerosas personas llegadas desde los más recónditos lugares, a través de un camino que fue declarado Patrimonio de la Humanidad. La afluencia de peregrinos y turistas plantea problemas, al igual que ocurre en otras ciudades europeas que constituyen puntos de referencia para el Turismo internacional.






         A cualquier hora del día, llueva o haga sol, la plaza del Obradoiro registra una notable afluencia de personas deseosas de inmortalizar su paso, frente a la catedral, en las más insólitas posturas.




         Pero no todo puede ser contemplado desde una óptica meramente turística, ya que pudimos constatar que la catedral está llena en todas las ceremonias litúrgicas, tanto en el canto del Oficio Divino como en las celebraciones eucarísticas.

         Nos llamaron la atención las abrumadoras medidas de seguridad, personificadas en los vigilantes que prestan servicio en el templo y que sólo se relajan, al finalizar la Santa Misa, cuando el vuelo de botafumeiro hace su irrupción en las naves transversales y decenas de teléfonos móviles se alzan para inmortalizar ese momento.




         La novedad más reciente ha sido la restauración del Pórtico de la Gloria que pudimos visitar, no sin molestos inconvenientes, en compañía del Subsecretario del Ministerio de Cultura y la Presidenta de Hispania Nostra.
         El resultado ha sido sumamente llamativo, dada la recuperación de parte de la policromía original y la consolidación del mismo, aquejado de graves patologías que pusieron en riesgo la supervivencia del conjunto.

         Pero, el precio a pagar no son los 10 Euros que ahora cuesta visitarlo, sino el que el acceso a la catedral ya no se realizará a través de su portada principal por la que, durante siglos, entraron los fieles y peregrinos, recibiendo ese potente impacto visual que era la obra del maestro Mateo.




         El hecho de que la reunión tuviera lugar en el antiguo monasterio de San Martiño Pinario nos ha permitido disfrutar de este importante monumento, con sus grandes claustros.




         La sala en la que se celebraron las distintas sesiones era de gran belleza, presidida por una imagen moderna de San Martín de Tours, al igual que el refectorio, del que ofrecimos fotografías ayer.





         Nos alojamos en la hospedería que ha sido acondicionada en el antiguo Seminario Mayor, muy digna y aconsejable por su céntrica ubicación y la calidad de sus habitaciones. Sin embargo, aunque está clasificada como Pensión de 1 estrella, sus precios son los propios de cualquier hotel en otras ciudades.







         Formando parte del complejo del antiguo monasterio se encuentra la iglesia de San Martín, que visitamos acompañados por D. Iago Seara, arquitecto responsable de las obras de rehabilitación. Monumento importante que no conocíamos y en el que llaman la atención tanto su arquitectura como el conjunto de obras de arte que constituyen su exorno.

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