miércoles, 5 de septiembre de 2018

La antigua plaza del Hospital


         Ese es el nombre que recibía la actual plaza de Ntra. Sra. de la Peana, dado que allí estaba el hospital Sancti Spiritus, en el edificio que hoy ocupa el Museo de la Colegiata. La fuente, también llamada del hospital, había sido mandada construir, a finales del siglo XVIII, por el mariscal de campo D. Eugenio Navarro de Egui quien, a sus expensas, quiso facilitar el suministro de agua a los enfermos acogidos en ese centenario centro asistencial. Al mismo tiempo construyó la fuente del barrio, lo que le valió el reconocimiento de sus paisanos. Fue un personaje ilustre, nacido en Borja, a quien los aragoneses quisieron encargar de la defensa de Zaragoza, durante la Guerra de la Independencia. Tenía ya 64 años y se consideraba ya mayor para esa misión. Además, era un hombre sensato, por lo que declinó el ofrecimiento que recayó en Palafox que tenía 32 años y era un desastre como militar y como persona, al igual que sus hermanos, como han puesto de manifiesto diversos autores.




         Pero este comentario no pretende tratar sobre la personalidad del héroe de los Sitios, al que hace tiempo queremos dedicar un amplio estudio, sino recordar el aspecto que presentaba la plaza a través de estas fotografías de finales del siglo XIX o comienzos del XX que, salvo la pavimentación, se mantuvo igual hasta mediados del pasado siglo.
         Por una parte, en la primera imagen se puede ver cómo era la parte desaparecida de la Casa de las Conchas, donde ahora se encuentra un aparcamiento. Fue derribada en 1968, para acometer su restauración. Se levantó sólo una parte, quedando las obras interrumpidas durante muchos años, tras varias fases de trabajo. Finalmente, van a ser reanudadas muy pronto, de manera que la parte más importante del edificio podrá ser utilizada.

         En la fotografía tomada desde el pórtico de la colegiata se ve el gran edificio que delimitaba la plaza en la zona correspondiente a su salida hacia la plaza del Mercado. Era un edificio sencillo, pero interesante, que le confería buena parte de su personalidad.



         Estuvo abandonado durante años, hasta que fue derribado para levantar el actual bloque de viviendas que nada tiene que ver con el edificio anterior. En esta imagen, con sus cristales rotos se puede apreciar la placa original, de metal esmaltado en azul, que fue colocada cuando se le dio el nombre de nuestra Patrona, con ocasión de la inauguración del Rosario de Cristal en 1928. La de ahora, como todas del resto de las calles es un azulejo de Muel y no sabemos el destino que se dio a la antigua. En otros lugares suelen conservarse, incluso cuando corresponden a nombres “apeados” del callejero, cosa que no ocurre en este caso.




         Finalmente insertamos esta otra imagen que tiene también interés. Cuando fue realizada ya se había derribado la Casa de las Conchas, pero aún se mantenían en pie los edificios adosados a la roca del Cinto que años después fueron aplastados por un desprendimiento con la fortuna de que, en esos momentos, sus habitantes se encontraban fuera. A la derecha se ve otra casa de mayores dimensiones que, como las anteriores, delimitaba el trazado de la calle de San Jaime. Curiosas fotos de un pasado no demasiado lejano.

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