martes, 30 de octubre de 2018

Flores en las calles



         Siempre nos ha entusiasmado la presencia de flores en ventanas y balcones, dado que contribuyen, de manera decisiva, al ornato ciudadano. De ahí que recorrer las calles de Priego de Córdoba constituya un auténtico placer.






         El conjunto de calles que constituyen el denominado “barrio de la Villa”, en su casco antiguo, sorprende al visitante por el blanco de sus fachadas y la profusión de macetas que lo decoran. Es cierto que el clima cordobés no es igual que el nuestro, pero hay lugares más fríos que también hacen alarde de decoraciones similares.





         Pero Priego tiene también espacios urbanos muy cuidados, como la plaza de la Constitución, donde se ubica su Casa Consistorial, o la del Sagrado Corazón de Jesús, presidida por el monumento erigido en 1941, en recuerdo a los caídos en la guerra civil, que lejos de ser demolido fue restaurado hace unos años.





         Destacan también sus numerosos monumentos, como el dedicado a los “Creadores del Patrimonio Artístico”, situado en la plaza de Colombia, o el del José Álvarez Cubero, el escultor prieguense, autor del grupo dedicado a la defensa de Zaragoza, al que hicimos referencia en un artículo anterior.






         No podemos dejar de mencionar esa bellísima fuente del Rey y su entorno que recorrimos bajo la lluvia y que no pudimos contemplar en todo su esplendor, dado que en estos momentos está siendo restaurado el grupo central de la misma.




         Lo dicho de Priego se puede aplicar también a la capital cordobesa y a las calles de su judería y del entorno de la catedral.




         Pero no son los únicos lugares, como puede apreciarse en estas otras imágenes tomadas cerca del Museo Arqueológico que, lamentablemente, no pudimos visitar por ser lunes el día de nuestra estancia en la ciudad.




         Sin embargo, si hay algo que, recientemente, ha proyecta internacionalmente a Córdoba son sus patios, cuya fiesta en la que sus propietario compiten en la decoración ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Estas fotografías no son las más representativas de ese conjunto, dado que muchos de sus elementos son de propiedad particular y, además, la fiesta tiene lugar en mayo.




         Aprovechando este tirón el Ayuntamiento de la capital y Zizai Hotels pusieron en marcha el Festival Internacional de las Flores, con la intención de demostrar que las flores también son para el otoño. Este año se ha celebrado la segunda edición del mismo, en la que han competido cinco creadores, decorando espacios públicos, dos de los cuales visitamos, entre las 275.000 personas que los han recorrido durante estos días.





       Uno de ellos era el patio de la emblemática posada del Potro, ya citada en el Quijote, con cuya decoración el  japonés Hideyuki Niwa se alzó con el Segundo Premio, dotado con 10.000 Euros. Allí nos fotografiamos como la mayoría de sus visitantes, contribuyendo a la promoción de este interesante certamen.

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