miércoles, 6 de marzo de 2019

El Museo de la Virgen de la Vega de Haro



         La Patrona de la ciudad riojana de Haro es la Virgen de la Vega, cuya bellísima imagen se venera en el templo, situado en el paraje que da nombre a esa advocación mariana, el cual  fue consagrado como basílica el 7 de septiembre de 1952. La Virgen porta en su mano una granada, recordando a los ilustres hijos de Haro que tomaron parte en la conquista de la ciudad de Granada. También lleva unas espigas de trigo, en este caso aludiendo al milagro en el que, por intercesión de la Virgen unos haces de cebada se convirtieron en trigo con el que pudo saldar sus deudas una humilde familia de la localidad.

         El fervor de los jarreros hacia su patrona adquiere especial relevancia en la noche del 8 de septiembre, festividad de la Natividad de Nuestra Señora, cuando el Rosario de Cristal que, en 2018, cumplió su primer centenario, recorre las calles de la ciudad.




         Para albergar y mostrar los elementos que lo integran, en 2002 fue inaugurado el museo, ubicado en la llamada “Casa de los ermitaños”, un edificio del siglo XVII contiguo a la basílica, el cual fue remozado y reinaugurado el pasado año, con ocasión del centenario del Rosario.





         El Museo consta de tres salas, en la primera de las cuales se pueden contemplar los faroles monumentales y los de mano que integran el Rosario. En el caso de Haro lo componen cinco grandes faroles, representando a los Misterios Dolorosos, con sus correspondientes Padrenuestros, Avemarías y Glorias, así como otros 62 de las letanías y tres Agnus Dei.

         En las imágenes precedentes pueden verse también los faroles monumentales de la Cruz que abre la comitiva y el de la Salve. Todos ellos fueron realizados en los Talleres Quintana de Zaragoza con gran celeridad ya que, desde el momento en el que, por impulso de joven sacerdote D. José Monroy Zunzunegui, la Junta nombrada al efecto, tomo el acuerdo de encargarlo, el 18 de junio de 1918, apenas habían transcurrido dos meses cuando, a bordo de dos vagones, llegaron por vía férrea los faroles fabricados por la empresa zaragozana. Todos ellos fueron costeados por suscripción popular.




         A ellos hay que sumar el farol del Ángelus y el trono de la Virgen que, en su forma actual, fue construido en 2002 para llevar en procesión, por vez primera, a la imagen de la Virgen de la Vega, ya que con anterioridad se portaba una copia de menor tamaño. Con objeto de que pudiera salir por la puerta de la basílica, fue necesario dotar al trono de un resorte que permitía descender la plataforma sobre la que se asienta la imagen. Más tarde se ha hecho una réplica de la misma que es la que ahora preside la procesión. Todos los faroles han sido restaurados por empresas especializadas y han sido dotados con iluminación Led, reemplazando en el caso de los de mano a las ineficientes bombillas con pilas de petaca.





         En las dos restantes salas del museo se exhiben numerosos objetos relacionados con el culto y devoción a la Virgen de la Vega. Entre ellos destacan los mantos y las coronas de la Virgen, la colección de rosarios, ropas litúrgicas, cálices, exvotos, estampas y otros elementos relacionados con  historia de su cofradía.
         Para terminar queremos mencionar el peculiar sistema que utiliza para portar los faroles. Para ello, las personas interesadas deben inscribirse con antelación, siéndoles facilitadas unas tarjetas con el farol que les ha correspondido, las cuales devuelven al término del recorrido.

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