martes, 5 de marzo de 2019

El Museo de los Faroles de Vitoria



         En la pasada edición de las Jornadas de Buenas Prácticas de Hispania Nostra tuvimos la oportunidad de conocer a un representante de la cofradía de la Virgen Blanca de Vitoria, el cual nos hizo entrega de un tríptico del Museo de los Faroles que tiene la cofradía, invitándonos a visitarlo. El conocimiento de la existencia de este importante museo y la reciente visita efectuada al de Tauste, nos ha estimulado a publicar una serie de artículos sobre algunos de los museos, de estas características, que existen de manera que dichas iniciativas puedan servir de estímulo a las contadas localidades que, disponiendo de otros conjuntos de especial interés religioso y artístico, todavía no disponen de un museo en el que preservar y dar a conocer, durante todo el año, tan relevante patrimonio cultural.




         El museo de Vitoria está instalado en un edificio, propiedad de la cofradía, que fue proyectado en 1900 por el arquitecto D. Fausto Íñiguez de Betolaza para guardar los faroles del Rosario que había sido creado en 1895. Fausto Íñiguez era uno de los mejores arquitectos de la etapa modernista y diseñó un edificio de gran funcionalidad, dotado de amplia puerta para permitir el paso de los faroles. Fue en 1997 cuando se planteó la posibilidad de convertir lo que, hasta entonces, era un almacén en museo, encargando el proyecto al arquitecto D. Luis López de Armentía, que también era cofrade. Para ponerlo en práctica se firmó un convenio de colaboración entre la cofradía y el Departamento de Ordenación del Territorio, Vivienda y Medio Ambiente del Gobierno Vasco. Comoquiera, que el nuevo uso del edificio limitaba el normal desenvolvimiento de la vida de la cofradía, en 2015 el Ayuntamiento de Vitoria le cedió un local anejo en el que, además de poder llevar a cabo los fines primordiales de la cofradía, se utiliza como centro de acogida y espacio para exposiciones temporales.



         En torno al patio central, presidido por el trono de la Virgen Blanca se disponen los 273 faroles que, en honor a la Patrona de Vitoria, desfilan cada año en la noche del 4 de agosto. Los primeros 65 fueron construidos en los talleres zaragozanos de León Quintana, al igual que ocurrió en el caso de Borja y de otras localidades. El resto fueron obra de talleres vitorianos y, como era habitual, su realización fue posible merced a las aportaciones de muchas personas. 





         El Rosario está integrado por las tres partes iniciales, correspondientes a los Misterios Gozosos, Dolorosos y Gloriosos, cada uno de ellos representado en un farol monumental, acompañado por los Padrenuestos, Avemarías y Glorias. En el año 2009 se sumó a la comitiva un farol que simboliza a los cinco Misterios Luminosos que había introducido San Juan Pablo II.

         Los faroles monumentales de los cinco Misterios Gozosos y cuatro de los Dolorosos, salieron de los talleres Quintana al inaugurarse el Rosario. Los restantes fueron realizados, como antes hemos señalado, en talleres de Vitoria, concretamente en los de Manuel Grandes y Luis Arciniega que fabricaron los cinco Misterios Gloriosos,  9 Pater Noster, 9 Glorias, 90 Ave Marías, 9 Kyries, 5 Salutaciones, 3 Agnus Dei y 47 Letanías, hasta completar el conjunto. El farol de los Misterios Luminosos fue encargado a Vitrales Mikel Delika.



         De la página de la cofradía, de la que hemos tomado estos datos, reproducimos también otros faroles monumentales que forman parte del Rosario. Entre ellos la Gran Cruz que abre el cortejo, donado por Dª. Felicia Olive.




         Otros de los grandes faroles son los dos que representan a las columnas de la Fe, ambos iguales y rematados por los escudos de Álava y Vitoria. El de la Salve fue donado por Dª. Polonia Elizagárate y D. Gregorio Irurzun. El desfile procesional lo cierra el trono de la Virgen Blanca, precedido por otra peana con la imagen de Santo Domingo de Guzmán, por su vinculación histórica en la introducción del rezo del Santo Rosario en la Iglesia.




         Como hemos dicho el Rosario recorre las calles de Vitoria en la noche de cada 4 de agosto, constituyendo una gran manifestación de fervor hacia su Patrona. Ocasión inmejorable para conocerlo, aunque para la contemplación de los elementos que lo integran es mejor visitar el museo que está abierto, de lunes a sábado, entre once y una de la mañana, pudiendo también ser concertadas visitas guiadas.

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