martes, 9 de abril de 2019

Imágenes de la Escornabueyes



         Aunque había llovido la noche anterior y la nieve se había hecho notar en cotas relativamente bajas, una mañana clara y soleada acogió a los cerca de 500 participantes que participaron en la XV edición de la Marcha Senderista Escornabueyes que se celebró en Ambel el pasado domingo.  





         Antes de la salida y, tras cumplimentar los trámites pertinentes, fueron obsequiados con un chocolate caliente, bollos y moscatel.






         A la hora fijada se inició la marcha en la que fue llamativa la participación de muchos jóvenes, así como el de familias enteras, todo ello dentro de un ambiente festivo y relajado, aunque no faltaron quienes hicieron el recorrido corriendo.







         Si algo caracteriza a la Escornabueyes es que discurre por lugares de gran belleza, jalonados con elementos patrimoniales de diferentes tipos: la casa conventual de los hospitalarios, las bodegas, el molino, la calera, antiguas corralizas o ese hermoso paraje que es el “Caidero”, todos ellos señalizados.





         Pero, también permite disfrutar de unos paisajes extraordinarios, presididos por el Moncayo, en sus dos recorridos, el corto por el que optaron la mayor parte de los asistentes y, el largo que se adentra en los términos de Alcalá de Moncayo Añón y Talamantes que fue el que eligió Enrique Lacleta, autor de este bonito reportaje fotográfico.






         A lo largo del itinerario, distintos puestos de avituallamiento ofertaban agua, vino, refrescos, bocadillos, tostadas de miel, pan con vino y azúcar, así como fruta, todos ellos atendidos por los voluntarios de la organización.





         En uno de ellos se dividían las dos opciones propuestas. La más larga (24 kilómetros) es la que con gran heroísmo eligió Enrique, como hemos comentado, lo que le permitió realizar una serie de preciosas fotografías que es imposible insertar aquí.




         Al regreso a Ambel, pudieron recorrer el mercadillo instalado en sus calles con una amplia oferta de productos, entre los que llamó la atención una cerveza de miel.




         Allí estaba el grupo de participantes que habían llegado desde Borja, al igual que los de las más diversas procedencias, dado el interés que despierta esta marcha.





         La jornada finalizó con una gran paella servida en el Pabellón Municipal cuyo aforo resultó insuficiente para acoger a los numerosos comensales.




         Nuestra felicitación al equipo de voluntarios que hicieron posible el éxito de la marcha, así como a Protección Civil y DYA que facilitaron su labor. Lo único que sentimos es que eventos como éste y otros de indudable importancia que han tenido lugar este fin de semana en nuestra comarca hayan tenido tan escaso eco en los medios de comunicación.

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