viernes, 31 de mayo de 2019

Libros recibidos 244


         Seguimos incorporando nuevas obras a la sección especializada sobre la familia Borja de nuestra biblioteca. Entre los últimos títulos recibidos se encuentra Lucrezia Borgia. A biography, de la escritora Rachel Erlanger, nacida en Nueva York en 1923, que dedica a su esposo “el único bioquímico que se ha convertido en un experto en Lucrezia Borgia”, porque efectivamente Bernie Erlangen fue un destacado químico que trabajó en el Proyecto Manhattan, del que surgió la bomba atómica, en el que también estuvo implicada la propia autora en su juventud.

         Profesora de Literatura inglesa en el Queens College de Nueva York, publicó esta obra en 1978, con notas y  numerosas referencias bibliográficas, en la que, como consecuencia de una investigación, pretendía reivindicar la figura de Lucrecia, despojándola de su leyenda negra.




         Otra obra interesante es The Cardinal’s Hat. Money, Ambition and Everyday Life in a Renaissance Court (El sombrero del cardenal. Dinero, ambición  vida cotidiana en la corte de la princesa Borgia), de la historiadora británica Mary Hollingsworthm nacida en 1950, especialista en la Italia medieval y autora de importantes obras sobre ese período, entre ellas las dedicadas a la familia Medici y también a otra sobre los Borja: The Borgias: History's Most Notorious Dynasty, publicada en 2011.
         La que estamos comentando es anterior, de 2004, y trata sobre la vida del cardenal Hipólito de Este (1509-1572), el segundo de los hijos que tuvo Lucrecia Borgia con Alfonso I de Este, duque de Ferrara. Era sobrino de otro cardenal del mismo nombre, hermano de su padre que vivió entre 1482 y 1520, y del que heredó el arzobispado de Milán. Fue una figura importantísima, tanto como hombre de Estado como por su labor de mecenas de las Artes, siendo recordado por haber construido en Roma la famosa Villa d’Este, que mandó decorar con piezas arqueológicas procedentes de Villa Adriana. Fue, por lo tanto, una gran figura del Renacimiento en cuyo contexto hay que situarla, señalando que, a pesar de haber sido creado cardenal por Paulo III en 1538 y de disfrutar de numerosos beneficios eclesiásticos, desde los 10 años, no fue ordenado sacerdote hasta 1564, ocho años antes de su muerte.

        

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