martes, 11 de junio de 2019

La incansable actividad del profesor Frago


         En reiteradas ocasiones nos hemos referido a la incansable labor que viene desarrollando el Prof. D. Juan Antonio Frago Gracia, sin duda la figura más destacada de nuestra comarca en el ámbito de la investigación científica.

         Nacido en Magallón, en 1940, a pesar de su condición de Catedrático emérito de Historia de la Lengua, en la Universidad de Zaragoza, continua con su trabajo de investigación, fruto del cual son los constantes artículos publicados en prestigiosas revistas internacionales.




         Ahora acaba de aparecer una nueva aportación suya en el Boletín de Filología de la Universidad de Chile, una revista fundada en 1934 que, en la actualidad tiene carácter semestral. La imagen que reproducimos es de un volumen anterior, dado que en el que ha aparecido su trabajo es el nº 1 del volumen LIV, correspondiente a este año 2019.




         Lleva por título “Judios, conversos y judeoespañol. Apuntes históricos” y en él se aborda la historia del judeoespañol, desde sus raíces peninsulares a la nivelación que experimentó la diversidad lingüística de los judíos desterrados. Pero también analiza la historia de una comunidad hebrea aragonesa, concretamente la de Magallón, a partir del protocolo del notario Antón Francés, conservado en el Archivo Municipal de esa localidad.
         Lo hemos leído con delectación por la gran cantidad de datos que aporta, referidos tanto al número de integrantes de esa aljama como a las propiedades que poseían, desde las de uso común, como la sinagoga, el hospital o los baños, hasta los campos que cultivaban.
         Noticias sobre la identidad de sus miembros así como de sus costumbres, con un curioso apartado dedicado a la gastronomía y, por supuesto, al lenguaje con aragonesismos incorporados, siendo especialmente divertido la pervivencia del término “royo” en las juderías de la diáspora, para finalizar planteando la cuestión de si existió un lenguaje judeoespañol peninsular del que derivaron las hablas sefarditas, en el que no todo es vulgarismo, sino que también se encuentran rasgos cultistas.
         Finaliza el artículo con una coda en la que refiere su relación personal con algunos judíos sefarditas con los que tuvo relación en sus viajes o el de un profesor de la Universidad de Tel Aviv que visitó Calatayud, localizando la casa de sus antepasados en la plaza de la Higuera (Figuera), el mismo lugar que conocía por tradición familiar y que dio origen a una entrañable amistad con el Prof. D. Salvador Amada Sanz, su suegro, al que recordamos con especial cariño en nuestro Centro por la conferencia pronunciada en los inicios del mismo sobre “La Jota en la comarca”.

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