martes, 3 de septiembre de 2019

Libros recibidos 268


         D. José Ignacio Iguarbe Pérez es miembro de la Asociación Cultural Alagonesa y un destacado fotógrafo que ha obtenido reconocimientos importantes a nivel nacional como una mención honorífica por su obra “El ladrillo nazarí” en el Certamen sobre Cultura Popular, convocado por el Ministerio de Cultura en 2010, o el Segundo Premio en el Concurso de Fotografía Etnográfica que convocó la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura en 2012, por “El salterio mágico. Sonidos del Alto Aragón” en el que documentaba la recuperación de uno de esos instrumentos llevada a cabo por Luis Salesa.
         Entre sus muchas obras publicadas, destaca la colección dedicada a las localidades de la comarca de la Ribera Alta del Ebro, que nos ha donado durante su reciente visita a nuestro Centro.

         Entre ellas destacamos la que lleva por título Alagón. Luces y sombras, pues al fin y al cabo es de su localidad natal. Fundamentalmente está constituida por fotografías de gran calidad. Entre las dedicadas a la Naturaleza del entorno, algunas son espectaculares, pero también las hay de monumentos, algunos prácticamente desconocidos, como la  Casa Climent o el Museo Hispano-Mexicano. Pero también aborda otros temas, como el que tiene como protagonista a un pintor nacido en Alagón en 1885, Santiago Pelegrín, o a D. Artal de Alagón, destacado personaje que murió en Sax en 1239, lo que ha propiciado un hermanamiento entre ambas localidades.

         Las fotos van acompañadas de textos breves pero muy ilustrativos, como el que relata la historia de los salmones de Alagón que adquirieron a un avispado comerciante quien, mediante una treta, logró que se la pagaran a precio de oro, lo que tras ser sometido a juicio obligó a los alagoneses a pagar un impuesto anual hasta que la deuda quedara saldada, lo que no ocurrió hasta el primer tercio del siglo XX.



         Con el apoyo de la Comarca de la Ribera Alta del Ebro y del Ayuntamiento de Pedrola, cuyos máximos responsables, en esos momentos, firman sendos prólogos, fue publicada en 2005 la obra Pedrola “Histórica y Futurista”, coincidiendo con el IV Centenario de la publicación de la primera parte del Quijote.
         El libro ofrece en sus más de 140 páginas una completa visión de la localidad a través de numerosas imágenes y los comentarios que las acompañan.

         La ermita de San Sebastián, la de Nuestra Señora del Pilar del Monte, que tantas veces hemos visto al pasar, la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de los Ángeles, con el lienzo de la Virgen, obra de Bayeu, en su retablo mayor y el mausoleo de la Santa Duquesa, así como el palacio de los duques de Villahermosa, son algunos de los principales monumentos de cuyas imágenes podemos disfrutar. Pero también de sus calles antiguas y modernas, junto con el Patrimonio Cultural Inmaterial que encuentra su mayor expresión en la Jota, la Coral o la Banda de Música, con una mención a la repostería.




         El último libro que comentamos hoy, aunque fue publicado con anterioridad, es Remolinos. De las Reales minas de Sal a Goya, título que sintetiza perfectamente dos de los principales atractivos de esa localidad que, para algunos aún siguen siendo desconocidos.
Sus impresionantes minas de sal, probablemente explotadas ya en época romana y que, posteriormente, constituyeron uno de los principales ingresos de la Monarquía, dado que la sal era un producto estancado, como el tabaco. Por otra parte, la sal ha inspirado la realización de obras artísticas de las que el libro ofrece una muestra.
El otro monumento relevante es la iglesia parroquial de San Juan Bautista. Remolinos perteneció a la Orden de San Juan de Jerusalén y ello, probablemente, hizo posible que Francisco de Goya fuera encargado de pintar las representaciones de los cuatro Padres de la Iglesia que se ubican en las pechinas de la cúpula del crucero. No son las únicas obras de interés existentes en ella, aunque sí las más importantes, dado que también hay imágenes del círculo de Manuel Ramírez o un retablo de José Sanz.
También se ofrece información e imágenes de la ermita del Santo Cristo de la Cueva, excavada en la roca, donde se venera una imagen de Cristo Crucificado vinculada a una hermosa leyenda.
Imágenes de otros edificios de la localidad y de sus tradiciones, entre las que destaca el dance, completan esta interesante obra que fue editada en 2005, merced al apoyo de la Comarca de la Ribera Alta del Ebro y del Ayuntamiento de Remolinos, cuyo Alcalde entonces D. Alfredo Zaldívar firma el prólogo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario