viernes, 6 de septiembre de 2019

Últimos intentos para salvar el ferrocarril


         Hace pocos días dimos cuenta de la donación al Centro de Estudios Borjanos de un interesante conjunto documental sobre la última etapa del ferrocarril de Cortes a Borja, a través del cual se puede constatar las dificultades para mantener una línea, con un precario trazado de vía estrecha y un material ya obsoleto.




         En 1950, el tráfico ferroviario había quedado reducido a un tren que salía de Borja a la una y media de la tarde, para regresar a las cinco  y media. El servicio de viajeros se prestaba con dos ómnibus, los famosos autovías, que salían de nuestra estación a las 6,15 de mañana y a las 19,30, por la tarde.



         Seguir prestando servicio con un ferrocarril de juguete era imposible, por lo que todas las ilusiones estaban puestas en la reconversión del trazado en vía ancha. Se había hecho ya con el de Tarazona a Tudela (lo que no evitó su cierre posterior) y, para ello, se movilizaron todos los recursos disponibles y se recurrió al Ministerio de Obras Públicas, desde diversas instancias. Todo ello fue acompañado por artículos publicados en algunos medios, como El Noticiero, en el que, en diciembre de 1955, apareció uno que firmaba Enrique Torres, enviado especial del diario madrileño YA, en el que abogaba por esa reconversión. D. Enrique Torres Vázquez fue un destacado periodista madrileño, vinculado a la Asociación Católica Nacional de Propagandistas y a otras organizaciones confesionales que colaboró en un muchos medios de comunicación. Perteneció a la redacción de la Agencia Logos y fue técnico de información diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores. Visitaba Borja con regularidad y colaboró en muchas gestiones que le fueron solicitadas. Falleció en Madrid en julio de 1967, a consecuencia de un infarto de miocardio. No hemos llegado a precisas su vinculación con nuestra ciudad y no pudimos incluirlo en nuestro Diccionario Biográfico.



         De nuevo El Noticiero, formulaba la pregunta sobre si sería transformado nuestro ferrocarril, en un artículo firmado por “C. de Fuentazán”, del que desconocemos otros datos. Para entonces, los representantes de nuestra ciudad se habían entrevistado con el Ministro de Obras Públicas (lo fue, entre 1951 y 1957, D. Fernando Suárez de Tangil, al que sustituyó D. Jorge Vigón). No sabemos cuál de ellos fue el protagonista de la anécdota que narraban a su regreso. Tras exponerle sus deseos, el Ministro les hizo ver la imposibilidad de actuar en una vía con un trazado de 18 kilómetros y 8 estaciones. Tenía el ministro sobre la mesa una maqueta de una de las potentes locomotoras que acababa de adquirir y, señalándola, les dijo: Si la pongo en su línea no llega a Cortes, porque no podría alcanzar la potencia requerida con tantas paradas, dando por finalizada la entrevista con una frase que molestó profundamente a los borjanos: “Lo que ustedes necesitan no es un tren, sino un tranvía”.




         Tras meses de incertidumbre en la que no faltó una gran manifestación en la que todo Borja, incluidos los niños del colegio y las escuelas se concentraron ante la estación, al grito de “Tren sí, coche no”, de la que se hizo eco aquella noche Radio Pirenaica, calificándola como el primer levantamiento de una ciudad contra el régimen, llegó la circular nº 6 de RENFE por la que, el 10 de marzo de 1959, se anunciaba la suspensión definitiva del ferrocarril que había sido inaugurado en 1889. “Hasta me da pena leer esto” escribió en el impreso la persona que lo conservó, D. Mariano Oliveros. No le faltaba razón porque el pequeño tren había dejado de existir.

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