domingo, 29 de diciembre de 2019

Revistas recibidas 231


         Entre las revistas que hemos recibido en los últimos días y que no habíamos tenido oportunidad de reseñar  se encuentra el nº 3 de Vida Alagonesa, editada por la Asociación Cultural Alagonesa de Estudios Locales. Entre sus 72 páginas incluye un dossier central, a todo color, en el que José Ignacio Iguarbe aborda la figura del pintor Santiago Pelegrín, nacido en Alagón  en 1885, con la reproducción de muchas de sus obras. No es el único artista al que la revista dedica atención, pues la Profª. Dª. Carmen Morte trata sobre el calígrafo, miniaturista y pintor Pedro Sánchez de Ezpeleta (c.1555-1615), mientras que la historiadora Dª. Pilar Pérez Viñuales al analizar la historia de El Castellar transcribe la capitulación de un retablo para su iglesia con el pintor Juan Chamorro en 1530.

         Nos interesa resaltar el artículo de Carlos Adé López sobre “Mujeres con estudios medios y superiores en los años cincuenta del siglo pasado en Alagón”, dado que, entre ellas, se encontraba Dª. Pilar Cuairán Miguel, practicante de profesión y nacida en Gallur, la cual estaba casada con D. Cipriano Herrero García que ejercía la misma profesión en Pozuelo de Aragón.

         También se da noticia de “El Trallo” como Bien Catalogado Inmaterial del Patrimonio Cultural Aragonés. Se trata de una tradición relacionada con el reparto del agua, que han sabido mantener hasta nuestros días. Nos ha recordado a la “Venta del agua del Campo” en Borja, que dejamos perder y hoy también formaría parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de Aragón.



         La Asociación de Amigos de la villa de Calcena nos ha remitido el nº 56 de su revista El Eco del Isuela, con información de los distintos acontecimientos acaecidos en esa localidad en los últimos meses. Nos ha interesado y preocupado el artículo de Antonio Tormes sobre la “Historia y restauración de la Virgen de la Manzana”, pues viene a poner de manifiesto los peligros que acechan a nuestro matrimonio cuando cae en manos de “bienintencionados restauradores”.



         El nº 185 de la revista Serrablo está dedicado especialmente a conmemorar los 40 años del Museo Ángel Orensanz y Artes del Serrablo, instalado en la Casa Batanero. Por un lado, se recuerda la gestación del museo, impulsada por Julio Gavín que tuvo que vencer enormes dificultades. Por otro se incluyen las conferencias pronunciadas en el marco de los actos conmemorativos. Javier Lacasta habló sobre “El valle de Tena a comienzos del siglo XX a través de la tarjeta postal antigua”; Enrique Satué Oliván lo hizo sobre “Serrablo, una ventana al universo”; y Domingo J. Buesa, que fue el primer director del Museo, recordó a cuatro personajes de singular relevancia: mosén Pardo Asso, Juan Emilio Aragonés, mosén Antonio Durán y Julio Gavín Moya.




         Finalmente, damos cuenta de la recepción del nº 110 de la revista Vía Lata, remitida por el Grupo Cultural Almena de Almudévar, con la actualidad de ese municipio. Muy curioso es el artículo de Julio Abad Piracés sobre “Cómo Pedro Saputo retó al as de la aviación Jules Vedrines en el año 1912”. Se trataba de un famoso aviador francés que, en mayo de 1911, había sido el ganador de la carrera aérea París-Madrid, organizada por el diario Le Petit Parisien. Aunque salieron 20 aparatos, sólo llegó el pilotado por Vedrines que, además fue el primero en superar las 100 millas por hora. El caso es que, en Almudévar, se elaboraba un anís que llevaba el nombre de “Pedro Saputo” y, desde el Diario de Huesca, retaron al francés a realizar un vuelo en esa ciudad, con ocasión de las fiestas de San Lorenzo de 1912. Aceptó y en el aeródromo del Saso de Loreto, se congregó una enorme multitud para contemplar las evoluciones del monoplano. Se llegó a difundir la noticia de que a todos los asistentes se les iba a regalar una botella del “Pedro Saputo”, forzando a la Comisión de Festejos oscense a desmentir ese rumor.

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