lunes, 30 de diciembre de 2019

Una cigüeña adelantó su retorno



         El 22 de diciembre vimos, por primera vez, a una cigüeña volando en torno a la torre de Santa María, aunque hasta el sábado no pudimos fotografiarla. No es la primera vez que esto ocurre, dado que en 2017 llegó otra en la misma fecha.
         Lo que ocurre es que, entonces, desapareció después para retornar con su pareja casi en la tradicional fiesta de San Blas (Por San Blas las cigüeñas verás). En el año que ahora termina llegaron el 30 de enero, muy cerca también del 3 de febrero que es cuando se celebra San Blas.
         Aunque ya hay ejemplares que no migran durante el invierno, lo habitual es que, a partir de finales de julio inicien un largo viaje en el que, atravesando el estrecho de Gibraltar les conduce a diversas regiones de África. Las cigüeñas ibéricas suelen desplazarse hacia los países del golfo de Guinea, pero se han encontrado ejemplares anillados en la península en el Congo, Rodhesia o incluso Sudáfrica.
         Comienzan el retorno a finales de diciembre y llega primero el macho, que espera a la hembra. Suele afirmarse que siempre ocupa el nido la misma pareja, pero teniendo en cuenta que suelen vivir entre 16 y 25 años, es lógico suponer que en algún momento se producirá el reemplazo de una pareja por otro.
         Este año presenciamos una espectacular lucha entre tres parejas que se enfrentaban para ocupar el nido de la torre del reloj de Santa María y el año pasado documentamos la muerte de un cigoñino en el nido que existe en Santo Domingo. Ahora hemos sabido que el infanticidio suele ser una práctica frecuente para garantizar la supervivencia de los elementos más fuertes de la pollada.
         Lo cierto es que, a pesar de la presencia habitual de estas aves en nuestro medio, seguimos sin saber, al menos la mayoría de nosotros, muchas cosas relacionadas con su vida.

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