martes, 4 de febrero de 2020

Excursión a Grisel


         El pasado mes de enero, cuando aún no se había apagado el eco de las fiestas navideñas, el activo grupo de naturalistas, encabezado por D. Manuel García Cebrián (que nos ha remitido la información y las fotos) programó una excursión a Grisel, donde se encuentra una de las formaciones geológicas más interesantes de nuestra zona, el pozo de los Aínes.




         En esta ocasión contaban con una guía de excepción, la hija de Dª. Julia Ciria, destacada geóloga que acababa de regresar de Groenlandia, donde había estado estudiando los glaciares y su evolución en torno al cambio climático.



         De manera clara y precisa, con la ayuda de gráficos, explicó la génesis de la dolina de Grisel. Comentó que, durante el Paleozoico, un mar de poca profundidad cubría casi toda la Península Ibérica, en el que se fueron depositando materiales procedentes de la erosión, durante el Mesozoico
Ya en el Mioceno, con el II Plegamiento Alpino, esta zona se elevó y se formó el denominado Lago del Mioceno de carácter endorreico, continuando la sedimentación de materiales. La evaporación del agua (dulce) dio lugar a las actuales calizas de la Muela de Borja, junto con yesos y nódulos de silex. Posteriormente, este lago encontró su  salida hacia el Mediterráneo, dando origen al actual valle del Ebro.

Este ambiente de rocas sedimentarias calizas es el que ha dado lugar a este relieve kárstico de materiales solubles en el agua acidulada (agua con CO2) y como consecuencia, a la formación de dolinas.



Una dolina es un “hueco o pozo” creado por el hundimiento de capas de calizas o yesos debido a la acción de las aguas. Este hundimiento puede producirse por una fractura (una falla, por ejemplo), por una disolución de materiales a través de grietas, o debido al hundimiento de la cobertura de una cavidad (dolina de colapso).

En el término municipal de Borja, la laguna de la Tellana, en torno a la que se asentó una comunidad prehistórica, es en realidad una especie de ‘dolina grande’ que recibe el nombre de “polje”.






         Tras estas explicaciones se dirigieron ya al famoso pozo (la dolina de los Aínes) que fue acondicionado, hace algunos años, dentro del Plan de Competitividad Turístico del Moncayo, gestionado por D. Javier Bona. Fueron colocados carteles explicativos que se complementan mediante las explicaciones de un sistema que se activa con sensores. También se acondicionó  la escalera interior que permite acceder a la plataforma de acero inoxidable, desde la que se puede contemplar perfectamente el interior del pozo.



         Hasta allí llegaron los expedicionarios, para admirar la vegetación húmeda subtropical que crece en su interior, debido a que se mantiene una humedad y temperatura (10º C.) más o menos constantes.






Helechos como “cabello de Venus o culantrillo” (Adiantum capillu-veneris), sardinera (Asplenium viride), el helecho hembra (Athyrium filix-femina) y, sobre todo el helecho conocido como “lengua de ciervo” (Asplenium scolopendrium), junto con hiedra y lianas largas y resistentes, son algunas de las especies de este sorprendente lugar, asociado además a una antigua leyenda.





         Recorrieron después Grisel, una pequeña localidad de la comarca de Tarazona y el Moncayo que, además del citado pozo, cuenta con otros importantes atractivos, como la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción y, por supuesto, su castillo. Además, al pie del mismo, se ha recreado una cabaña circular de piedra seca, recordando las que existen en su término municipal.




         En las muros del castillo vieron Beleño blanco (Hyoscyamus albus), una planta rupícola venenosa que tiene muchos alcaloides. Uno de los principales es la hiosciamina. En los pueblos primitivos se utilizaba como afrodisíaco, siendo el principal componente de los "filtros de amor". Pertenece a la familia de las Solanáceas que han sido asociadas desde antiguo con la magia y la brujería.

Pero, por sus propiedades, también se empleó como narcótico y está documentado en Cataluña su uso para aliviar el dolor de muelas, inhalando por la boca el humo producido al quemar hojas de beleño en un recipiente metálico.




Otra especie que encontraron es la Parietaria (Parietaria judaica), una planta rupícola que crece entre las grietas de los muros y paredes (de aquí su nombre: "parietaria") donde otras plantas no pueden competir con ella. Se ha utilizado como diurética y para las infecciones de las vías respiratorias. El envés de sus hojas posee unos pelitos que, como el velcro, hace que se peguen a los tejidos. También se le llama "cañarroya" por el color de sus tallos.




         En el castillo, convertido en hotel por D. Manuel Giménez Aperte, fueron atendidos por D. Luis Zueco Giménez que recientemente ha logrado el Premio a la mejor experiencia turística de Aragón, el cual les mostró todas las instalaciones.





         Tras la visita al monte de la Diezma o Ciezma, desde el que se podían contemplar la cumbres nevadas del Pirineo, el recorrido terminó en Ainzón, donde Dª. Isabel Cartagena y D. Pedro José Aznar les ofrecieron, con suma amabilidad, su bodega para comer y saborear la amistad y los buenos momentos vividos juntos. Un extraordinario menú, a base de ensaladas y una barbacoa, constituyeron el más adecuado remate a otra de las jornadas de este grupo de aficionados a la Naturaleza, a través de los cuales estamos descubriendo muchas cosas de nuestro entorno.


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