Cuando llevamos transcurrido un mes desde el inicio del otoño, muchos de los árboles caducifolios siguen conservando buena parte de sus hojas, aunque teñidas ya con los colores característicos de la estación. Nos gustó el rojo de este ejemplar de nuestro parque de San Francisco; lo fotografiamos y consultamos después la obra Borja. Especies ornamentales, de José Luis Garde, Manuel García Cebrián y Javier Sopeséns, dada nuestra ignorancia en temas botánicos.
Gracias
a ello hemos sabido que se trata de un ejemplar del llamado “Árbol de Júpiter”
(Lagerstroemia indica) que,
efectivamente, durante el otoño sus hojas de un color verde vivo, se vuelven
anaranjadas o rojizas, como pudimos contemplarlas.
La
verdad es que estos días son propicios para la contemplación de los jardines o
los bosques cercanos, por ejemplo el Moncayo o las riberas del Huecha. Lástima
que la crisis que atravesamos limite nuestros movimientos o, al menos, las
ganas de hacer muchas cosas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario