lunes, 12 de octubre de 2020

El futuro está en la energía nuclear

 

         Entre el aluvión de noticias relacionadas con la actual epidemia ha pasado un tanto desapercibido el anuncio efectuado estos días de que el primer reactor de fusión nuclear podría estar operativo en 2025, mucho antes de lo que se esperaba.

         Se trata del SPARC (Soonest/Smallest Private-Funded Affordable Robust Compact), un proyecto desarrollado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts y la empresa Commonwealth Fusion Systems que, según las informaciones publicadas, comenzará a construirse el próximo mes de junio y, si todo se desarrolla sin problemas, entrará en funcionamiento en 2025.


         Si así ocurriera, se adelantaría varios años a otro gran proyecto en el que, liderado por Francia, se viene trabajando desde 2006: El ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor), cuyas instalaciones fueron construidas en la localidad francesa de Cadarache.


         Hasta el momento, la energía nuclear se producía mediante el procedimiento de fisión que, además de su peligrosidad, tenía el inconveniente añadido de los residuos que producía de difícil tratamiento y almacenamiento.

         Pero la energía de fusión tiene un origen completamente diferente, dado que en lugar de romper núcleos pesados como los de uranio, lo hace a partir de núcleos ligeros de hidrógeno, deuterio y tritio, algo similar de lo que ocurre en el Sol.

         Sus enormes ventajas radican en el hecho de ser limpia y barata, con la ventaja añadida de que, mientras el uranio es un mineral escaso, el combustible necesario para la fusión es inagotable pues el deuterio de puede obtener a partir del agua y hay enormes reservas de tritio.

         El problema para su puesta a punto radicaba en las altas temperaturas que eran necesarias para lograr la fusión, lo que ha sido resuelto, en principio, con las nuevas tecnologías desarrolladas. 


         No deja de ser curioso que el logotipo utilizado para oponerse a la energía nuclear tuviera como motivo central un sonriente sol que, en definitiva, ha sido el modelo a imitar en este nuevo procedimiento de obtención de energía segura, barata e inagotable. 


         Aunque es pronto para lanzar las campanas al vuelo, la gran labor desarrollada por los científicos y las noticias que llegan, procedentes de fuentes fiables, hacen concebir la esperanza de que la energía nuclear de fusión será una realidad dentro de un plazo relativamente corto. Entonces podremos olvidarnos de los combustibles fósiles y probablemente también de las llamadas energías renovables, muchísimo más costosas, hacia las que España ha mostrado tanto entusiasmo, mientras otros países dedicaban todo su esfuerzo hacía otras direcciones que terminarán imponiéndose.





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