viernes, 23 de octubre de 2020

El perfil de Añón

 

         El perfil o, utilizando un extranjerismo más en boga, el “skyline” del casco urbano de Añón llamaba poderosamente la atención en el pasado, con su caserío descendiendo por el roquedal en el que se asienta, coronado por el castillo y la iglesia parroquial y con sus fachadas del color de las localidades del entorno del Moncayo.



         Cuando mejoraron las condiciones de vida, muchas casas se remozaron y sus fachadas fueron pintadas en blanco, perdiendo su autenticidad. Pero, todavía se conservaba el perfil original con el castillo y la iglesia en lo alto.



         Pero, inesperadamente, surgió una desproporcionada construcción en uno de sus extremos que contrasta vivamente con aquella imagen primigenia y nada volvió a ser igual. Posiblemente se ajustaba a normativa pero esto es algo que nunca hubiera ocurrido en otros países en los que se pone especial cuidado en estas cuestiones y en los que, incluso, las construcciones agrarias utilitarias deben ajustarse a unos requerimientos. Sin embargo, en España y en Aragón las cosas son muy diferentes.



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