domingo, 4 de octubre de 2020

Sorpresa en "El Periódico de Aragón"

 

         Ayer, al abrir el ejemplar de El Periódico de Aragón, nos encontramos con la sorpresa de que, en su interior, aparecía un encarte en el que se reproducía una fotografía a tamaño 29x21 centímetros que nos resultó “familiar”.


         Porque, efectivamente, como se mencionaba al dorso había sido publicada por nuestro Centro en este blog. Se indicaba “Colección particular. Centro de Estudios Borjanos”, aunque en realidad, como en su momento señalamos pertenecía al archivo de la familia Ojeda y era una de las muchas e interesantes placas que él se conservan.


         El autor de la foto Fue D. Alfredo de Ojeda y Perpiñán (1838-1910) que, en 1904 había tomado posesión de la Alcaldía de Zaragoza. Era un distinguido abogado y miembro y miembro del Partido Conservador, que contrajo matrimonio en Borja con Dª Mariana Pomares de Melgarejo y Miralles de Imperial, siendo el bisabuelo de los actuales miembros de la familia Ojeda.

         En el artículo del que ha sido tomada la foto, aparecido el 1 de septiembre de 2016, explicamos las circunstancias que rodearon la edificación de ese singular castillo en el centro de Zaragoza. Comoquiera que el redactor de la reseña que figura tras el encarte que estamos comentando no lo refleja adecuadamente, volvemos a ofrecer los datos entonces recabados, junto con otras imágenes que también dimos a conocer.


            El nuevo Alcalde de la capital aragonesa programó, como uno de los atractivos de las fiestas del Pilar de aquel año, la construcción de un castillo en la que entonces se llamaba “plaza de la Constitución”, con el propósito de prenderle fuego, como si fuera una falla, sirviendo de exhibición al Cuerpo de Bomberos para realizar un simulacro de actuación en caso de incendio.

            Para este fin, se encargó el diseño del castillo al arquitecto municipal D. Ricardo Magdalena cuyos padres, como tantas veces hemos recordado, eran de Borja. El resultado fue esa hermosa construcción que aparece en las fotografías, realizado en madera y cartón piedra, que tenía una altura de 16 metros y una superficie de 324 metros cuadrados. Estaba formado por un gran torreón de dos cuerpos, rodeado por una muralla exterior, con otros torreones en sus ángulos y el escudo de la ciudad en sus esquinas. Todo ello, inspirado en la corriente medievalista que se había impuesto en aquellos momentos, bajo el influjo del arquitecto francés Viollet-le-Duc.

            Sin embargo, el proyecto suscitó el rechazo de la opinión pública, alarmada ante las consecuencias que pudiera tener el “incendio”. Evidentemente, Zaragoza no era Valencia y en Heraldo de Aragón se afirmaba que “parecerá una herejía destruirlo por un procedimiento tan bárbaro como el fuego”. Había además otras implicaciones, pues la Real Sociedad Económica de Amigos del País manifestó su preocupación por los daños que el humo pudiera ocasionar en el monumento a los Mártires que se estaba ultimando al lado mismo del castillo y también podían resultar dañados los cables de los tranvías.  Al final, se decidió cancelar la demostración y el castillo se utilizó únicamente como escenario para los fuegos artificiales que, durante cinco noches, hubo en la plaza.


          El castillo, por lo tanto, sobrevivió algún tiempo y fue testigo de la inauguración del monumento, llevada a cabo a las diez y media de la mañana del domingo 23 de octubre de 1904, en el transcurso de una solemne ceremonia de la que se conserva esta fotografía.

      Finalmente, el 25 de octubre el Ayuntamiento inició el desmantelamiento del castillo, como informó Heraldo de Aragón, señalando que “cuando caían al suelo las almenas, estaba redactando el gobernador un oficio ordenando la inmediata demolición del molesto monumento”. El Heraldo la había tomado con el castillo

            Quedaba así liberado el monumento originalmente dedicado a los “Mártires y Héroes de la Patria”, aunque también se le ha denominado como “monumento a los mártires de la Religión y la Patria”. Es obra del escultor Agustín Querol y está instalado sobre una base de piedra diseñada por Ricardo Magdalena. Rodeado por una fuente sigue presidiendo el centro de la actual plaza de España.

         De todo ello, se deduce que no es cierto que el castillo fuera concebido para tapar la fuente de Neptuno. La explicación es la que hemos facilitado.




No hay comentarios:

Publicar un comentario