sábado, 2 de enero de 2021

Plano de Borja de 1857

 

         Entre los documentos recientemente donados a nuestro Centro figura este plano de Borja, datado en 1857, que al margen de su singularidad reviste un interés especial que, a primera vista, pasaría desapercibido a muchos de los que lo analizaran.


         En él aparecen representadas las plazas y calles de la ciudad, sin dedicar atención a los edificios públicos. Respecto al nomenclátor pueden advertirse los escasos cambios operados en el transcurso del tiempo, de manera que podemos resumirlos en los siguientes:

         Plaza de la Constitución (ahora de España); plaza del Hospital (Ntra. Sra. de la Peana); calle de los Cerezos (Tejadas); calle de las Carnicerías (Alfaro Malumbres); calle de Santo Domingo (Costa); calle de San Agustín (Goya); y calle de las Botigas (Coloma).


         Pero la importancia de este plano radica en el hecho de que fue utilizado como borrador para el proyecto de alineación de calles que, en aquellos momentos, se quería llevar a cabo. Por ello se trazaron las líneas que hemos señalado con flechas y que vamos a explicar.

         La flecha roja indica la línea de retranqueo que se pretendía dar a la actual calle de Alfaro Malumbres con el fin de ensancharla, así como la calle Martín Sierra que es señalada con flecha verde. Era un auténtico disparate, pero lo sorprendente es que comenzó a realizarse.


         Como ya dimos a conocer en un artículo publicado en Cuadernos de Estudios Borjanos sobre el urbanismo de nuestra ciudad en el siglo XIX, fue derribada la casa de la calle Alfaro Malumbres que hacía esquina con la de Martín Sierra. Era propiedad de la colegiata de Santa María y en ella residía el canónigo D. Cipriano Aznar, que había sido prior y, tras la desaparición de la colegiata, párroco de Santa María.

         Se conserva el recurso presentado frente a semejante atropello, argumentando lo absurdo del propósito de ensanchar las calles del casco antiguo, dado que como señalaba habría que derribarlo por completo y, si no se hacía, porqué comenzar con una propiedad de la iglesia. La respuesta era evidente, dado la orientación política de aquella corporación que, bajo el pretexto de una supuesta mejora, encubría otros objetivos.


         Y así, como se marca con flecha violeta, se propuso el derribo de la antigua iglesia del convento de agustinos para abrir la calle Nueva. También se llevó a cabo, privando a Borja de un importante monumento, aunque en este caso las ventajas urbanísticas eran más evidentes.


         Otro detalle que puede pasar desapercibido es el que aparece marcado con un círculo rojo. Se trata del edificio que, en la plaza de las Canales, se proyectaba hacia el centro de la misma, posteriormente derribado de manera que, en la actualidad, la calle de Tejadas se abre a la plaza, cosa que antes no ocurría.

         Podríamos seguir, pero son suficientes estos ejemplos para demostrar la importancia que puede tener un documento, debidamente estudiado.






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