domingo, 11 de abril de 2021

La complejidad de cubrir un yacimiento arqueológico

 

         La Arqueología es una ciencia que indaga en nuestro pasado, utilizando como instrumento fundamental las excavaciones cuya metodología ha ido evolucionando en el transcurso del tiempo, introduciendo técnicas cada vez más precisas que sólo están al alcance de los especialistas. En repetidas ocasiones hemos señalado el gravísimo daño que causan a nuestro patrimonio la irresponsable actuación de aficionados o buscadores de “tesoros”, cuya única preocupación es conseguir un objeto material que descontextualizado pierde la mayor parte de su interés, al mismo tiempo que destruyen elementos supuestamente modestos, pero capaces de proporcionar información de enorme importancia.

         Sin embargo, hoy queremos hacer alusión a la conservación de las zonas excavadas. Hay personas a las que sorprende que, tras haber sido estudiado, vuelva a enterrarse un yacimiento lo que suele ser una práctica no demasiado extraña. Entre otras razones porque la conservación de los restos encontrados (sumamente frágiles) entraña una indudable complejidad, aunque para los actuales permisos de excavación se requiere la presencia de un especialista que se haga cargo de la consolidación de las estructuras encontradas.

         Pero, cuando se quiere hacer visitable al público un yacimiento el problema se acrecienta y en Aragón no son demasiados los ejemplos de zonas arqueológicas protegidas y visitables.


         Una de ellas es la Villa de Fortunatus en Fraga que estos días ha vuelto a estar de actualidad al denunciar la alcaldesa “el grave deterioro de los restos”. Pero el yacimiento fue cubierto con una estructura metálica y dotado de pasarelas para facilitar la contemplación de la antigua villa.

         Cubrir un yacimiento no es algo que pueda hacerse de cualquier manera como si se tratara de levantar una barraca de feria. Requiere un proyecto en el que el profesional responsable ofrezca la solución más adecuada para conseguir el objetivo sin dañar los restos. De ahí las grandes luces que evitan un excesivo número de pilares pero requieren el diseño de una cubierta perfectamente calculada.



         Otro ejemplo es el del yacimiento “Loma del Regadío” en Urrea de Gaén, que también fue objeto de atención por parte de la prensa, dado que a comienzos de año se anunció la completa sustitución de su cubierta, dañada por las borrascas Gloria y Filomena.


         La Malena es otro importante yacimiento de Azuara, con mosaicos de gran belleza, para el que existe un proyecto de cubrimiento aún no realizado por completo.



         La colonia Celsa Lepida de Velilla de Ebro es un yacimiento de gran extensión en el que se ha cubierto únicamente una pequeña parte de lo que fue una de las más importantes ciudades romanas hasta la fundación de Caesaraugusta. 


         Buscando ejemplos más sencillos hemos encontrado la cubierta que protege los restos de la antigua iglesia medieval del yacimiento de “El corral del Calvo” en Luesia que ya tuvo que ser reemplazada en 1999, ante el deterioro que presentaba tras los 13 años transcurridos desde que fuera colocado. Ese es otro de los problemas de este tipo de actuaciones, la necesidad de un mantenimiento permanente.


         Los ejemplos que hemos mostrado pueden servirnos para conocer cómo se lleva realmente a cabo el cubrimiento y protección de un yacimiento. Siempre tras la elaboración de un detallado proyecto en el que también interviene la cualificación profesional de los arquitectos que, en ocasiones, presentan propuestas tan sugerentes como la que muestra esta imagen, correspondiente al cerro del Molinete en Cartagena.


         En Borja han sido anunciadas dos actuaciones importantes. Una es la próxima reanudación de las excavaciones en la zona de la torre del Pedernal. La otra es el cubrimiento de lo ya excavado donde posiblemente se volverá a instalar, tras su restauración, el mosaico encontrado en una de las estancias de la domus descubierta.

         Hemos visto que han sido llevados hasta allí las vigas metálicas que habían servido para el apeo de una parte de la Casa de las Conchas, de donde fueron retiradas recientemente. Serán de gran utilidad, sin duda, para sostener los carteles anunciadores del proyecto de cubrición.









No hay comentarios:

Publicar un comentario