lunes, 7 de junio de 2021

Sotos en las riberas del Huecha

         No hace mucho, las riberas del Huecha eran un lugar al que acudían las familias a comer, merendar o pasear. Los sotos que allí crecían y se cuidaban eran un lugar agradable para un rato de esparcimiento.

         La desaparición de espacios de disfrute colectivo como la torre de la Morena o la pérdida de las sendas por las que se podía transitar por las orillas es posible que hayan podido contribuir a que ya no sea tan frecuente “ir hasta el Huecha” donde, por otra parte, tampoco es lugar adecuado para pescar.

         Aquel río que fuera lugar preferido para pintores y fotógrafos permanece un tanto olvidado y hasta la mayoría de quienes han adquirido el hábito de recorrer varios kilómetros diarios por motivos de salud eligen itinerarios casi urbanos como los que conducen al polígono industrial.



         Pero sigue habiendo lugares en los que es posible disfrutar de un paseo agradable, tanto en Borja como en otras localidades. En Bureta, donde estuvimos recientemente, a través del “bosque encantado” y de los antiguos jardines del palacio de Bureta, se llega hasta el Huecha.




         Las arboledas entre las que discurre el río son muy bonitas y podrían serlo más si fueran objeto de mayor atención y se las dotara, por ejemplo, de unas mesas para sentarse, dado que son de propiedad municipal.


         Pero ello requiere de la colaboración ciudadana porque, recientemente, un fuego imprudentemente encendido (no queremos pensar que fuera intencionado) provocó un incendio que no afectó al bosque encantado debido a la distancia que hay entre ambas zonas.



         Debemos reivindicar el papel del río que, en cierta medida, fue vertebrador de nuestra comarca y cuyas aguas no sólo sustentaron la agricultura de sus municipios sino que sirvieron como elemento motriz para los molinos construidos en sus inmediaciones.





 

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