miércoles, 20 de octubre de 2021

Marcha colombina de Justo Blasco

 

         En 1892, se conmemoró el IV Centenario del Descubrimiento de América con grandes celebraciones en ambos lados del Atlántico. Junto con las organizadas por las instituciones oficiales, hubo también numerosas iniciativas privadas, entre las que queremos destacar la edición de una Guía Colombina, de la que acabamos de conseguir un ejemplar, especialmente interesante para nosotros, por las circunstancias que explicamos.



         Presidida por la imagen del rey niño Alfonso XIII que tenía entonces siete años y era rey desde el momento de su nacimiento (fue hijo póstumo de Alfonso XII), la guía incluía una biografía de Cristóbal Colón y un amplio número de colaboraciones de escritores, políticos, miembros de la nobleza e intelectuales que, en breves líneas, ensalzaban la labor del almirante.

Entre los políticos los había de todas las tendencias: conservadores como Antonio Cánovas del Castillo y Aureliano Linares Rivas; carlistas como José de Liñán Eguizábal; liberales como Segismundo Moret; o republicanos como Pi y Margall.

Entre la larga nómina de escritores se encontraban Ramón de Campoamor, Mesonero Romanos, José Zorrilla y Luis Mariano de Larra (el hijo de Mariano José de Larra). Pero, como hemos comentado había también prelados y otras personalidades, entre las que podemos mencionar al marino Isaac Peral.


          Encabezando todas ellas, estaba la carta que el Papa León XIII dirigió a los “arzobispos y obispos de España, Italia y ambas Américas” en la que ensalzaba la labor desarrollada por Colón y España, a través de la gran gesta del Descubrimiento, que hizo posible que, por obra suya, “del seno del inexplorado Océano surgió un Nuevo Mundo” y la inmensa multitud de criaturas que lo poblaban alcanzaran el beneficio de gozar de los bienes sobrenaturales que Jesucristo dejó establecidos.

         Decía el Papa que, si en 1492, el Descubrimiento fue celebrado de manera especial por la Iglesia, también debía serlo su IV Centenario por lo que ordenaba que el día 12 de octubre, en todas las iglesias catedrales y colegiatas de Italia, España y América, se cantase después del oficio del día, la misa solemne de la Santísima Trinidad, invitando a hacer lo mismo en todas las demás naciones, “pues justo es que lo que redundó en beneficio de todos, por todos sea piadosa y gratamente celebrado”.

         León XIII era un hombre de enorme cultura, latinista notable, reconocido humanista y escritor, ha pasado a la historia por su largo pontificado de veinticinco años y por la publicación de 86 encíclicas entre las que destaca la Rerum novarum, que sentó las bases de la Doctrina Social de la Iglesia y, por lo que a España respecta, la Cum multa, con la que trató de dirimir el conflicto suscitado entre el sector de la Iglesia española que defendía acérrimamente al carlismo y el que se decantaba por la monarquía liberal. Entre los primeros estaban obispos como el de Tarazona y buena parte del clero regular; también los jesuitas eran partidarios masivos del carlismo.

         Podríamos extendernos en las comparaciones entre aquel ilustrado pontífice y un ignaro sucesor suyo que cien años después pide perdón por lo que su predecesor loaba, pero hay que ser compasivo con los ancianos que pronto tendrán que rendir cuentas ante el Altísimo.


         Para nosotros lo más interesante es que el libro incluye la partitura de la “Marcha Colombina” que nuestro paisano Justo Blasco compuso expresamente para la ocasión y de la que no teníamos noticia, constituyendo por lo tanto, otro afortunado hallazgo que viene a incrementar la colección de partituras que conservamos del gran músico borjano.


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