jueves, 16 de junio de 2022

Regreso al castillo de Alarcón

 

         Fue en octubre del pasado año cuando dedicamos un artículo en este blog al castillo de Alarcón, dentro de la serie dedicada a “Castillos de España”. Ahora, durante nuestro viaje a Valencia, hemos vuelto a ese lugar del que tan buenos recuerdos conservábamos.




         Pretendíamos comer, y lo logramos, en el Parador Nacional “Marqués de Villena”, inaugurado en 1996, tras ser rehabilitado completamente el castillo, vinculado al infante Don Juan Manuel, como lo recuerda una placa colocada sobre la puerta de entrada y a los marqueses de Villena que pudieron mantenerlo, tras su enfrentamiento con los Reyes Católicos, a raíz del cual perdieron la mayor parte de sus propiedades.






         El castillo forma parte de las formidables defensas de la villa, cuyo acceso se realiza atravesando varias puertas de las murallas que la rodean y que cuentan con otras torres y fortalezas en su entorno, como la torre del Campo (cuadrangular) y el curioso castillo de los Alarconcillos que se divisa en la lejanía, al otro lado del pantano.




         La población se ubica sobre un alto desde el que se divisa una amplia perspectiva de una de las colas del embalse del río Júcar, por uno de sus lados, mientras que al otro lado se puede acceder al llamado “mirador de la reina Dª. Leonor de Plantagenet”. Hija de Enrique II de Inglaterra, había contraído matrimonio con Alfonso VIII de Castilla. Los desposorios se celebraron en Tarazona, en 1170, cuando tenía 10 años de edad. Fue la fundadora del monasterio de las Huelgas, donde está enterrada con su esposo.




         Como todos los Paradores, el de Alarcón es un agradable lugar de reposo, al que merece la pena de desviarse en el camino hacia Valencia ya que, además de disfrutar de sus instalaciones, permite recorrer las cuidadas calles de la villa.


         Aunque no disponíamos de mucho tiempo, aún pudimos conocer por fuera alguno de sus monumentos más importantes como la fachada del antiguo palacio de los Castañeda que albergó el Museo Miguel Ourvantzoff, un aristócrata ruso que, exiliado tras la revolución, terminó estableciéndose en Alarcón, dedicándose a pintar y reunir piezas arqueológicas. 



         Otro espacio museístico es la antigua iglesia de San Juan Bautista, decorada con los grandes murales del pintor Jesús Mateo.



         En la misma plaza que lleva el nombre del infante D. Juan Manuel se encuentra el edificio de la Casa Consistorial, con la bella logia de arcos carpaneles en su planta baja y la Casa Palacio de los Villena, rehabilitada en 2004 con cargo al 1% cultural.




         De los varios templos de la villa, nos detuvimos ante la fachada de la iglesia de la Santa Trinidad, con una interesante portada y un gran arco bajo la torre.


         Todo el casco antiguo fue declarado Bien de Interés Cultural, como Conjunto Histórico y se encuentra muy bien cuidado. Nos llamaron la atención los muros que ocultan las zonas reservadas a los contenedores de basura, decorados con frases del infante D. Juan Manuel, con un resultado muy bueno.










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