martes, 16 de agosto de 2022

La evolución del incendio a través de las fotos de Enrique Lacleta

 

         Desde que se inició el incendio en la zona de Añón, Enrique Lacleta estuvo con su cámara siguiendo la evolución de las llamas y nos ha traído un extenso reportaje del que vamos a ofrecer algunas de las imágenes más llamativas.



        Fue a primeras horas de la tarde del sábado cuando, ante el humo que observaba desde su casa, se desplazó a lo alto del cabezo Vulcasacos desde donde pudo contemplar cómo iba aumentando hasta ocultar parcialmente el sol.




         En aquellos momentos, el incendio parecía una cosa lejana y, desde luego, nada hacía suponer las dimensiones que luego iba a alcanzar y nadie hubiera llegado a pensar que, en un corto período de tiempo, llegaría a alcanzarnos, aunque el humo crecía por momentos.







         La presencia de aviones y helicópteros descargando agua en el mismo foco del incendio, daba una cierta sensación de seguridad y hasta constituía todo un espectáculo el verlos operar con indudable habilidad. 



         Pero, conforme llegaba la noche las llamas fueron haciéndose visibles y, de manera inexplicable lograron saltar una barrera tan importante como la N-122 y entraron en el término municipal de Borja. Tras el Santuario se veía un intenso resplandor rojo que hacía temer lo peor.








         Y la tragedia se consumó cuando los pinares de la Muela Alta comenzaron a arder, mientras las llamas se propagaban también por la Muela Baja. Que, en última instancia pudieran salvarse las casas del Santuario no atenúa la gravedad de lo ocurrido, sobre todo porque, en estos momentos, seguimos sin conocer el alcance real de lo acaecido y las posibilidades de regeneración del bosque. Nada será igual, salvo esa luna roja cuyas fases se irán sucediendo hasta el final de los tiempos. 




         En la mañana del domingo así amaneció la Muela Baja con amplias zonas de monte bajo quemadas. Las brigadas, apoyadas por palas excavadoras estaban abriendo cortafuegos en diferentes lugares.






         También estaban operando dos helicópteros y efectivos de la UME. La labor de unos y otros parecía haber controlado la situación o, al menos, eso creíamos.



         Estas imágenes muestran cómo el fuego se detuvo antes de llegar a los cultivos, en algunas zonas y, también, el efecto curioso de los campos calcinados bajo el Santuario, mientras el núcleo urbano del mismo aparecía indemne.








         Pero, al atardecer todo cambió y vimos cómo las llamas alcanzaban al pinar. Una nueva tragedia para la que tampoco encontramos explicación a la vista de lo sucedido por la mañana. Las consecuencias no pueden ser más tristes pues, posiblemente, se ha perdido la mayor parte de ese pinar. Tan pronto como sea posible, Enrique tiene previsto recorrer todas las zonas afectadas por el incendio para ofrecernos una visión completa de lo acaecido.




         Mientras, nos deja estas bonitas fotos de las aves que encontró en la Estanca, aparentemente ajenas a lo que estaba ocurriendo en su entorno. Los expertos sabrán identificarlas.












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