domingo, 30 de septiembre de 2012

El pintor Bonanat Zahortiga en el MNAC



            En el marco del intercambio de publicaciones que mantenemos con el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), acabamos de recibir el libro, editado recientemente, que lleva por título El gótico en las colecciones del MNAC, del que son autores Rafael Cornudella, César Favá y Guadaira Macías.
            Se trata de una obra magníficamente editada que aconsejamos a nuestros seguidores ya que, entre los pintores estudiados, ofrece amplia información sobre los que desarrollaron su actividad en Aragón.






            Entre ellos se encuentra Bonanat Zahortiga, el padre de Nicolás y Martín de Zahortiga que, como todos conocen, son los autores del retablo mayor de la colegiata de Santa María de Borja, cuyas tablas se exhiben en las salas IV y V del Museo de la Colegiata de nuestra ciudad del que, sin duda, constituyen uno de sus mayores atractivos.





            El museo barcelonés conserva esta tabla de la Virgen de la Misericordia que procede de la ermita de la Carrasca de Blancas (Teruel), obra del citado Bonanat Zahortiga, cuyo estilo difiere bastante del de sus hijos.





            De él conocíamos el retablo de la Virgen de la Esperanza que pintó, en 1412, para la catedral de Tudela y que está ubicado en una de las capillas del crucero. Hay que tener en cuenta que el trabajo de sus hijos para la colegiata borjana fue capitulado en 1460, casi 50 años después y 20 o 30 más tarde que la tabla de Blancas que en la obra del MNAC datan en torno a 1430-1440.


Árboles monumentales: Tilos de Alberite de San Juan y Borja



            Dentro de la Guía de árboles monumentales y singulares de Aragón que con el título Árboles de Aragón editó Prames en 1997, no figura ninguno de Borja. Si está catalogado este tilo de Alberite de San Juan, del que Pedro Domínguez Barrios nos ha enviado unas fotografías recientes. El nombre científico de este árbol es el de Tilia planyphyllos. Es de hoja caduca y puede alcanzar gran altura.





            En la publicación citada se describe al de Alberite con un diámetro en la base de 1,03 metros y de unos 16 metros de altura. Está situado en un huerto particular que da a la plaza.






            No menos espectacular es este ejemplar existente en la huerta del convento de la Concepción de Borja, del que ofrecemos esta bella imagen invernal, tomada hace algunos años por Foto Marvic. En un artículo publicado en el Boletín Informativo del Centro nº 91-92, Alonso de Ojeda afirmaba que el perímetro de su tronco a un metro de altura era de 220 cm. El diámetro de la copa, en esos momentos, de 14 metros y su altura aproximada de 11,50.



 

            No disponemos, en este momento, de fotografías del tilo con sus hojas, por lo que incluimos esta otra, tomada el otoño pasado, en el centro de los nuevos espacios ajardinados creados en la antigua huerta.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Un científico borjano olvidado



En anteriores artículos ya nos hemos referido a otros miembros de la familia Castro. Hoy queremos dedicar un recuerdo a uno de los más destacados científicos y políticos borjanos del pasado siglo: D. Honorato de Castro y Bonel.
            Nacido en nuestra ciudad, el 22 de diciembre de 1885, cursó los estudios de Bachillerato en Borja y, tras pasar un breve período en el seminario de Tarazona se licenció en Ciencias Exactas en la Universidad de Zaragoza en 1905. Tenía entonces 20 años y, poco después, obtuvo por oposición una plaza de astrónomo en el observatorio de Madrid, prestando también servicios en el Instituto Central Meteorológico.
            El 16 de febrero de 1911 se graduó como Doctor en la Universidad Central con una tesis sobre “Determinación de la suma de valores que toma un polinomio para un conjunto de valores de su letra ordenatriz”, un tema tras el que, como comenta su mejor biógrafo Aitor Anduaga, se escondía su preocupación por la viabilidad de las mutuas de previsión a las que, con notable intuición, consideraba abocadas a la bancarrota.
            En 1909, se había incorporado como docente a la Universidad, primero como auxiliar y, desde el 7 de marzo de 1920, fue catedrático por oposición de la asignatura de Cosmografía y Física del Globo. También desempeñó, por acumulación, las cátedras de Astronomía Esférica y Geodesia de la Facultad de Ciencias; la de Matemáticas especiales de la Facultad de Farmacia; y la de Estudios Superiores de Geografía Matemática de la sección de Ciencias Exactas. Esta brillante trayectoria académica culminó con su elección como Académico Numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales el 28 de marzo de 1934, aunque no llegó a tomar posesión por haber tenido que exiliarse.





            Para entonces, la actividad política centraba ya su atención. En 1925 había participado en la fundación de Acción Republicana que, más tarde, se integró en Izquierda Republicana. Tras la proclamación de la II República fue elegido concejal del ayuntamiento de Madrid y, poco después, Diputado de las Cortes Constituyentes por Zaragoza. Con motivo de esas elecciones, participó en un mitin celebrado en Borja, el 27 de junio de 1931. El texto de su intervención fue editado y se conserva en nuestro Centro.






            Esta la imagen que aparece en el álbum conmemorativo de dichas Cortes, una cuidada publicación que también puede consultarse en el Centro de Estudios Borjanos. Durante esa etapa fue Director General de Estadística hasta el 29 de abril de 1933 y Presidente del Patronato del Museo Naval hasta la misma fecha.
            Al estallar la Guerra Civil fue nombrado Delegado de CAMPSA y, al término de la misma se exilió a Puerto Rico. Allí fue contratado por la US Navy para realizar un estudio de sus defensas costeras y de otros trabajos. Aitor Anduaga sugiere que la Marina norteamericana ignoraba su trayectoria política, algo impensable. Hay que tener en cuenta que Honorato de Castro, aunque republicano, no fue nunca una persona de ideología extremista.
            Durante su estancia en la isla fue profesor de la Universidad de San Juan y, recientemente, se ha señalado su actividad como profesor en la Universidad de Santo Domingo, en la misma época.
            En 1944 se trasladó a México, donde ejerció como Profesor de la Universidad de Nuevo León, trabajando en el Instituto de Investigaciones Científicas de dicho centro docente, hasta que fue contratado por la Compañía Nacional de Petróleos Mexicanos, para la realización de estudios geológicos, formando parte de los Departamentos de Geofísica y de Exploración de esa compañía a la que estuvo vinculado hasta su muerte en 1962.





            La producción científica de Honorato de Castro se refleja en los artículos publicados en España, antes de su exilio, y los aparecidos posteriormente. El Centro de Estudios Borjanos está intentando recopilar todos ellos, tarea complicada ya que aparecieron en revistas de difícil adquisición.





            Los españoles se publicaron en el Boletín de la Universidad de Madrid, cuyo primer número incluía un trabajo suyo y otro de Severino Aznar, destacado personaje relacionado con Calcena y Trasobares.





Aitor Anduaga ha catalogado 35 trabajos de los cuales, 26 fueron publicados fuera de España, 23 de los cuales aparecieron en la revista Ciencia, una de las grandes realizaciones del exilio español en México.





Pero, al margen de su labor como científico, se interesó también por los temas humanísticos. De hecho, su primer artículo en el Boletín de la Universidad de Madrid versaba sobre “Nuestros exploradores en América”. En ese mismo medio publicó también su trabajo sobre “Manejos de Fernando VII contra sus padres y contra Godoy” que no recoge Anduaga, aunque sí incluye otros que comparten este interés como uno dedicado a Miguel Servet y otro conmemorativo del I Centenario de la muerte de Alejando de Humboldt.
Hemos querido dedicar este artículo a un borjano ilustre que murió lejos de su tierra natal, donde apenas se le recuerda, a pesar de que, el 23 de mayo de 1936, se dio su nombre al nuevo Grupo Escolar cuyo primer proyecto, que no se llevó a cabo, había sido realizado gratuitamente por su hermano el arquitecto D. Emiliano de Castro. También llevó su nombre el Grupo Escolar de Bulbuente que, como el de Borja, habían sido construidos merced a su apoyo. Cuando incluimos su nombre en el Diccionario Biográfico, llamábamos la atención sobre el hecho singular de que Honorato de Castro es el único borjano que tenía el título de “Hijo Adoptivo de la ciudad de Tarazona”, que le fue concedido por que, durante su actuación como Diputado, presentó una proposición de Ley para que el Estado cediera al ayuntamiento turiasonense el edificio y el solar de la antigua fábrica de cerillas.

San Miguel en el Santuario de Misericordia y otros lugares de Borja


            Hoy celebra la Iglesia la fiesta de San Miguel Arcángel, el Príncipe de la Milicia celestial que se enfrentó a Lucifer al grito de “¿Quién como Dios?”, cuando éste, cegado por la soberbia se rebeló contra el Creador, al tener conocimiento del Misterio de la Redención, en virtud del cual la Segunda Persona de la Santísima Trinidad iba adoptar la naturaleza humana, inferior a la de los ángeles.
            San Miguel es considerado Protector de la Iglesia Universal y es tenido como patrón por muchas localidades.





            En Borja, una de sus parroquias estuvo bajo su advocación y la magnífica imagen titular, obra del borjano Simón Lacasa, se exhibe ahora en el Museo de la Colegiata.
 



        
            Hay representaciones suyas en otros muchos lugares de nuestra ciudad, como este lienzo de la colegiata, pero queremos referirnos expresamente a su vinculación con el Santuario de Misericordia.






            El pilar más importante de los existentes en ese lugar estuvo dedicado al arcángel, una obra de gran interés que está a la espera de su rehabilitación.





            En la iglesia del Santuario existe, asimismo, una capilla dedicada a San Miguel. Es la primera de izquierda y su retablo fue sufragado por dos sacerdotes que quisieron permanecer en el anonimato.





            En el lienzo central aparece San Miguel blandiendo una lanza en su mano derecha, con el demonio a sus pies. Con frecuencia, en otras ocasiones, el arma que empuña es una espada.





            En el ático del retablo aparece esta interesante representación de la Virgen del Pilar con el manto que cubre, parcialmente la imagen.





            En el frontal del altar, figuran las letras Q.S.D. timbradas con corona real que corresponden a las iniciales de la frase latina “Quis sicut Deus”, el “Quién como Dios” al que hacíamos referencia anteriormente. En realidad, la frase completa es: “Quis sicut Deus, nemo sicut Deus” “¿Quién como Dios? Nadie como Dios”, aunque el Q.S.D. es el símbolo más frecuentemente asociado a las representaciones de San Miguel.
            Estas fotografías del Santuario de Misericordia fueron tomadas por Enrique Lacleta el pasado 17 de junio, dentro de los trabajos preparatorios para la realización del Inventario del Patrimonio Artístico Religioso de este templo, que pretendemos publicar.

viernes, 28 de septiembre de 2012

El Museo de la Colegiata de Borja en Alfa y Omega



            Alfa y Omega es el Semanario Católico de Información que edita la Fundación San Agustín del arzobispado de Madrid y que, cada jueves, se distribuye con el diario ABC. En el número de ayer, que por cierto es ya el 800, dedica sus páginas centrales a un reportaje sobre el Museo de la Colegiata de Santa María de Borja, con el título de “La belleza que brota de la fe”, firmado por Amparo Latre.





            La iniciativa partió de D. Carmelo Borobia, uno de los obispos más clarividentes que han ocupado la sede turiasonense quien, con el deseo de resaltar la gran riqueza patrimonial que existe en nuestra ciudad y el cuidado con el que ha sido restaurada para mostrarla a todas las personas interesadas, se puso en contacto con el Director del semanario D. Miguel Ángel Velasco Puente.





            El Centro de Estudios Borjanos facilitó a la redactora los datos precisos y las fotografías que lo ilustran, realizadas con este fin por Enrique Lacleta. El resultado ha sido este trabajo de indudable calidad que, por la repercusión del medio en el que ha sido publicado, contribuirá a dar a conocer otros aspectos del Arte y la Cultura borjanos.


Hoy comienzan las fiestas de Talamantes



            Hoy comienzan las fiestas que la localidad de Talamantes dedica a San Miguel y que se prolongarán hasta el domingo próximo. Reproducimos la portada del programa de las mismas que nos ha remitido su Alcalde D. José Manuel Jiménez Arellano.





            Talamantes es un municipio situado en uno de los parajes naturales más bellos de nuestra comarca que, recientemente, sufrió las terribles consecuencias de un devastador incendio. A la solidaridad con sus habitantes que, en aquellos momentos, dejamos patente, queremos unir los deseos de felicidad en estos días.






            Entre los múltiples alicientes que ofrece Talamantes, además de los restos de su castillo, se encuentra la iglesia parroquial de San Pedro en la que, durante los trabajos de restauración apareció un interesante conjunto de pinturas murales.







            También la ermita de San Miguel, donde se venera al patrón del municipio, situada al inicio del barranco de Valdetreviño que se salvó de las llamas. Es un templo medieval, con cubierta a dos aguas sobre arcos fajones apuntados y que conserva el ábside románico.


jueves, 27 de septiembre de 2012

Precisiones en torno a los gigantes de Borja


            Con motivo de las ferias de Borja, ha vuelto a desfilar por las calles de nuestra ciudad la comparsa de Gigantes y Cabezudos que, en la actualidad, está integrada por cuatro gigantes y dos cabezudos. El conjunto de gigantes lo compone una pareja de torpe factura que representa el “Rey” y la “Reina” y otra, de elaboración más cuidada que está constituida por el “Hada” y el “Nigromante”.





            Esta última es de reciente incorporación. Fue, a comienzos de 2011, cuando la prensa regional dio la noticia: “Borja recupera los primeros gigantes de su comparsa, construidos en 1889”. El máximo responsable de la corporación municipal, en aquellos momentos, afirmaba que los viejos gigantes habían sido localizados en el almacén municipal “entre trastos y materiales de obra”. Tras el feliz hallazgo, el ayuntamiento decidió restaurarlos en el taller madrileño de Higinio Iglesias, para que recuperaran el aspecto original que tenían en esa fecha lejana de 1889, cuando fueron fabricados por iniciativa de D. Baltasar González, con motivo del I Centenario de la Virgen de la Peana. El proyecto, cuyo presupuesto ascendió a 7.882 Euros, culminó con éxito aunque con un pequeño problema, los gigantes “encontrados” no eran los del siglo XIX, sino muy posteriores, como intentaremos demostrar.





            Este es el aspecto original que presentaban los gigantes de 1889, en una fotografía de la época en la que incluso aparece el propio D. Baltasar González, autor del proyecto, en colaboración con D. Manuel Urchaga, al que se define en algunas informaciones como dorador, siendo además conocido pintor, con taller en la plaza de España y que, por otra parte, era el abuelo de la persona que da nombre a nuestro campo de fútbol, D. Manuel Meler Urchaga.
            Fueron los primeros que hubo en Borja y se estrenaron en las fiestas del Centenario, todo un acontecimiento ciudadano, en la que aparecieron acompañados de los cabezudos la “Morica” y el “Berrugón”, del que las crónicas de la época destacaban el parecido con un personaje borjano.
 





            En fecha no determinada, esos gigantes fueron transformados en “Rey” y “Reina”. Así aparecían en la primera versión de Nobleza Baturra. Uno y otro lucen nuevas vestiduras y el Rey se toca con corona y lleva barbas de pelo natural, mientras que la reina usa peluca y. curiosamente, no ciñe corona. Que son los mismos, es evidente. Basta fijarse en las características manos del rey, grandes y huesudas, así como en los pronunciados pómulos de su rostro. Por otra parte, en la reina destacan los brazos descubiertos que ya aparecían en el “hada”.





            A lo largo de la historia de estos gigantes, el vestuario se les modificó en varias ocasiones. En principio, la reina siguió sin corona, como aparece en la fotografía superior en la que luce una peluca con moño, aunque ya la lleva en la segunda.






            También desfilaron con este otro aspecto, en el que el rey ceñía una espada al cinto. Pero, a pesar de todos estos cambios, los gigantes seguían siendo los mismos. Para identificarlos, hay que fijarse en las manos del rey y en el hecho de que el pelo de ambos es “natural”.





            Fue en 1955 cuando se renovaron los gigantes. Acababa de tomar posesión un nuevo alcalde y, en el programa de las ferias de ese año, se hacía constar que, a las doce de la mañana del día 21 de septiembre, tendría lugar el Pregón anunciador con participación de “la nueva comparsa de gigantes y cabezudos”. Lo nuevo eran los gigantes que se hicieron a imagen de los anteriores, aunque ya no llevaban pelo “natural”, sino troquelado en las cabezas. El rey aún llevó unos años espada que, más tarde, quedó pronto quedó arrumbada en el almacén municipal que existía en el antiguo convento de dominicos, sobre el que había otras dependencias donde ensayaba la Banda de Música. A la comparsa de cabezudos, integrada por los dos tradicionales, vino a sumarse “El Rana” que era definido como el segundo hijo de los gigantes y cuyo “bautizo” se efectuó otro día de esas mismas fiestas.





            Este era su aspecto en su última época, poco antes de que fueran sustituidos por otros que se hicieron en 1981.





            Estos gigantes, más toscos como antes hemos señalado, tenían la ventaja de que su estructura interior era de aluminio, por lo que su peso era mucho menor y, por lo tanto, resultaban más manejables.



 
 

            Son los que todavía forman parte de la comparsa, habiendo sufrido, durante sus 30 años de existencia, diversos repintes. El más llamativo fue el que aparece en la fotografía anterior, con un rojo detonante en labios y pómulos.





            A estos gigantes se les unieron en 2011, el “hada” y el “nigromante”, supuestamente recuperados, aunque, como hemos podido demostrar, lo que se guardaba en el almacén municipal eran los gigantes de 1955, sobre los que se recrearon los de 1889. Existe un vídeo de la restauración en el que se ve el interior de las cabezas, donde queda perfectamente clara que, tanto los cabellos del rey como los de la reina, son troquelados, por lo que, en modo alguno, guardan relación con los primitivos.
            Lo ocurrido en todo este proceso viene a poner de manifiesto la fragilidad de la memoria y la precaria documentación con la que se acometen algunas restauraciones, pues todavía existen muchas personas que han conocido las tres series de gigantes y podían haber señaldo el error.

Árboles monumentales: Los pomares de Gañarul



            Dentro de una pequeña serie dedicada a los árboles que merecen ser destacados dentro de nuestra comarca, hicimos referencia a los pomares de Valle, en Borja.





            Ahora, Pedro Domínguez nos envía fotografías de los existentes en los alrededores de la ermita de Gañarul, en Agón, algunos de ellos de gran porte.





            Como señalábamos entonces, aquí se da el nombre de pomo o pomar al Celtis australis, un árbol que pertenece a una familia próxima a las ulmáceas que también es conocido como almez. De hojas caducas, produce un fruto de pequeño diámetro, de color negro y pulpa amarilla, con un hueso del tamaño de un grano de pimienta.





            Su proximidad respecto a la ermita de Gañarul, nos ha permitido disponer de imágenes sobre el estado en el que se encuentra este monumento que es “Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés”, promocionado como elemento integrante del “Aragón Mudéjar” y sobre el que venimos llamando la atención, desde hace tiempo, sin ningún resultado.





            Porque, esta es la situación actual de la pequeña ermita que ha perdido su tejado y cuya bóveda caerá muy pronto ante la indiferencia de todos. Sirva, por lo tanto, esta referencia a los pomares de su entorno, como nuevo llamamiento para que se evite su completa desaparición.