miércoles, 21 de diciembre de 2011

Una casa de campo en Bulbuente

            El pasado día 4 de diciembre, Heraldo de Aragón incluía en su suplemento dominical un reportaje dedicado a las “torres” de Zaragoza, señalando que, a lo largo del tiempo, el valle del Ebro estuvo salpicado de casas relacionadas con las labores agrícolas, herederas, en cierto modo, de las antiguas villas romanas. Eran edificaciones de características muy diversas pero, en su conjunto, eran muestras de la Arquitectura Popular de gran interés que, lamentablemente, están desapareciendo en nuestros días.




            Lo mismo sucede en nuestra zona donde, dentro de poco, apenas quedaran ejemplos de construcciones utilitarias como casetas de campo, abejares o parideras. Junto a ellas y más próximas a las poblaciones existían también “torres” que, en algunas ocasiones, eran utilizadas como residencia habitual de los encargados de cultivar las tierras de su entorno. En otros casos, reunían más bien las características de lugares de esparcimiento a los que se acudía en determinadas ocasiones.




            En estos momentos estamos inventariar todo este conjunto y, por ello, hemos podido constatar la amenaza que se cierne sobre la mayor parte de las construcciones que lo integran.




            Pedro Domínguez Barrios, con la tenacidad que le caracteriza, nos remite constantemente imágenes de ellas. Algunas ya las hemos dado a conocer. Hoy ilustramos este comentario con otras de una “torre” situada en las proximidades de Bulbuente.




            Emplazada en el interior de una finca cercada, tiene planta cuadrangular, con tejado de cuatro vertientes, rematado por un pináculo. Construida con adobes, llama la atención el revocado de su fachada, entre franjas molduradas, y pintado en ocre y azul lo que le confiere un peculiar aspecto.


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