Hoy
celebra la Iglesia la fiesta de Santa Ana, madre de la Virgen María, como
conoce cualquier persona educada en el seno de la misma. Es probable, sin
embargo, que ignoren el que ningún texto canónico mencione el nombre de los padres
de la Virgen que, en realidad, responden a denominaciones simbólicas creadas
para llenar un vacío. Ana significa “Gracia” en hebreo, mientras que el
significado de Joaquín corresponde a “Preparación del Señor” en el mismo
idioma. El resto de los detalles relacionados con su vida sólo se citan en los
evangelios apócrifos, a pesar de lo cual han sido objeto de especial atención
por parte de muchos artistas, como puede apreciarse en las tablas del antiguo
retablo de la colegiata de Santa María de Borja.
Aquí,
como en otros muchos lugares, la devoción a Santa Ana tiene una larga tradición
y llegó a existir una cofradía bajo su advocación en el convento de Santa
Clara, donde tiene dedicado un retablo, obra del gran escultor aragonés José
Ramírez de Arellano.
En
este retablo, situado a la izquierda del retablo central de la iglesia
conventual, la Santa aparecer representada de pie, teniendo a la Virgen en su
regazo.
Al
mismo modelo iconográfico, aunque con Santa Ana sentada es la imagen del
convento de la Concepción.
En
el caso de la Patrona de Pozuelo de Aragón, el modelo es diferente y se ajusta
a lo que se conoce como “La triple generación” pues en el mismo se representan
a Santa Ana con la Virgen y a ésta con el Niño.
De las mismas características era la
titular del retablo dedicado a la Santa en la iglesia parroquial de Magallón,
lamentablemente desaparecida pues fue robada, teniendo que ser sustituida por
una de producción industrial.
Hay
otros ejemplos en nuestra zona, siendo necesario recordar que en Borja existe una comunidad de Hermanas de la Caridad de Santa Ana, dedicadas a
la enseñanza que, lógicamente, la tienen por patrona.
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