Pedro
Domínguez nos da cuenta hoy de la existencia de un abejar situado al pie de la
Cogullota o era del Diablo, el cual reúne características especiales que lo
convierten en un ejemplar singular.
Aparentemente
es de aspecto similar a otros abejares de la zona. De planta rectangular y con
la puerta en uno de los testeros, está orientado al Sur como suele ser
habitual.
Sin
embargo, al acceder a su interior el aspecto es muy diferente, pues lo que
existe es una especie de patio, de cierta amplitud que, en dos de sus lados,
presenta arcos rebajados de medio punto, entre pilastras de ladrillo. Los de
lado sur acogen a las colmenas en número de 17 y de 18, respectivamente.
En
el muro norte, un arco de medio punto, de menor tamaño, da acceso a una bodega.
El arco contiguo, de mayor tamaño, carece de rosca y está cegado, intuyéndose
la existencia tras el mismo de una posible estancia oculta.
La
bodega esta excavada en la roca, aunque reforzada por una bóveda de cañón de
arco carpanel, construida con ladrillos colocados de canto.
Llama
la atención la existencia de unas rozas en forma de arco, situadas en los muros
testeros que también aparecen sobre los arcos donde se ubican las colmenas. Curiosamente,
no se observan restos de vigas que pudieran formar parte de una posible
cubierta, dando la impresión de que careció de ella.
Da
la impresión de que el abejar fue instalado sobre un edificio preexistente cuya
finalidad desconocemos, por lo que nos encontramos antes un caso muy raro
dentro de este tipo de construcciones.
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