El
artículo que publicamos el pasado día 20 sobre los pastos de Añón ha despertado
un gran interés y varias personas se han puesto en contacto con nosotros,
enviando fotos y ofreciendo nuevos datos.
Juan
Manuel Serrano nos ha remitido imágenes de la zona en primavera y verano. En
ésta, tomada desde un ángulo parecido a la superior, se pueden ver los
excelentes pastos que allí crecen cuando desaparece la nieve.
Ramiro
Adiego nos informa de que los restos de estas parideras que publicamos son
conocidas como “corrales altos de Horcajuelo”, mientras que las que veíamos en
las fotografías anteriores son los “corrales bajos”. Allí nos dice que pastorea
Benito Gómara, de Añón de Moncayo, excelente jotero y buen devoto de la Virgen
de Constantín, a cuya romería acude todos los años en Purujosa.
Juan
Manuel Serrano, por su parte, desciende de una familia de pastores de Añón y
estas praderas eran bien conocidas por las ovejas de su abuelo y de su
bisabuelo. Este último, llamado Aquilino Fraca (a) “Pájaro”, tuvo que
enfrentarse, cuando cuidaba su ganado en la zona de Picabrero, con unos
bandoleros, saliendo airoso del trance, aunque permaneció “exiliado” en Borja,
durante algún tiempo. La foto superior corresponde a las praderas del
Horcajuelo.
Existen
otras, como las del Hoyo de Morana, también de excelente calidad. Hasta allí,
nos dicen, siguen llegando un número considerable de ovejas, durante el verano,
procedentes de las Cinco Villas.
Este
es el prado de la Herrería que, para Juan Manuel Serrano Lacaba, es probablemente uno de los
lugares más inaccesibles del valle.
Respecto
al curso alto del Huecha, puede verse aquí el contraste entre las dos
estaciones, aunque no correspondan al mismo luagar.
Otro
tanto sucede, un poco más abajo, cuando los hielos se derriten y el agua fluye
formando pequeñas cascadas de gran belleza.
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