lunes, 27 de mayo de 2013

Cuarteles de la Guardia Civil en Borja


            Hace pocos días, la Guardia Civil celebró el 169 de su fundación. Con este motivo traemos a nuestras páginas una de las más antiguas imágenes que se conservan de su presencia en nuestra ciudad que, sin embargo, plantea algunos interrogantes.
            Está tomada en la actual plaza de Nuestra Señora del Carmen, en la fuente del barrio y en ella pueden verse a cuatro miembros del Benemérito Instituto, vistiendo el uniforme de gala de la época. El del centro se toca con tricornio, mientras que otros guardias, el sentado a la derecha y el que está de pie, junto a la puerta, lo hacen con el gorro circular de faena.
            Está tomada a comienzos del siglo XX, quizás por la mañana, como parece deducirse de la posición del sol. El que vistan de gala y la ropa que llevan las niñas y las personas adultas, de cierto abrigo, nos induce a pensar que pudiera ser el Día del Pilar, aunque la Virgen no fue declarada Patrona de la Guardia Civil hasta el 8 de febrero de 1913.

            De lo que no cabe duda es que se trata de una reunión distendida. El guardia sentado, el uso del gorro circular, la presencia de las dos mujeres jóvenes, entre los guardias, posiblemente sus esposas, nos indican que están posando en las cercanías del cuartel. Sabemos que el primer edificio que desempeñó este cometido en Borja, se encontraba situado en el barrio. Lo que ignoramos es si era, precisamente, el que aparece en la fotografía. Es cierto que, en su fachada, no hay ningún distintivo que lo acredite pero, en aquellos momentos, aún no se había establecido la presencia de la bandera y del lema “Todo por la Patria”.

            De lo que no cabe la menor duda es que el edificio no reunía las debidas condiciones por lo que se planteó la construcción de un nuevo cuartel. Construido junto al hospital Sancti Spiritus, su inauguración tuvo lugar el 25 de septiembre de 1922, con ocasión de la Feria. 



            Según relataba el semanario local Ecos del Moncayo, a las diez de la mañana de ese día, se celebró una Misa de Campaña en aquel paseo de grandes árboles que existió hasta mediados del siglo XX. En el centro del mismo se había dispuesto el altar, al que daban guardia de honor cinco números de la Guardia Civil. Frente al entarimado sobre el que se levantaba el altar, se dispuso el resto de la fuerza, al mando del Teniente Jefe de Línea D. Francisco Legido. Al acto asistió el ayuntamiento en corporación y autoridades locales, junto con la Banda de Música que interpretó varias composiciones durante la ceremonia.



            Terminada la Misa, se procedió a la bendición de las nuevas instalaciones y el Alcalde D. Rodolfo Araus, hizo la entrega oficial del cuartel al Jefe de Línea. Tras los breves discursos pronunciados por ambos, se dieron vivas a España, a Borja, a la Guardia Civil y a la Virgen del Pilar que ya había sido declarada Patrona del Cuerpo.
            Desempeñó su cometido durante algo más de 50 años. En 1968, el Ayuntamiento decidió construir un nuevo cuartel. En noviembre de ese año fue adquirida una finca, situada en la carretera de Maleján, que era propiedad de las hermanas López y López Franco, las cuales la cedieron a un precio muy reducido, en atención al fin al que iba a ser destinada.
            Sin embargo, no fue hasta 1972 cuando el Consejo de Ministros, en su reunión de 26 de abril, aprobó el expediente de obras. En la tramitación del mismo tuvo una influencia decisiva el Teniente General D. Francisco Mendívil Oliver. Finalmente, pudo ser inaugurado en 1974, siendo Alcalde D. Juan María de Ojeda Nogués. 



           Tras el abandono del antiguo cuartel, fueron alojadas allí algunas familias.  En 1995, el Grupo Municipal socialista pedía la realización de obras urgentes para “garantizar la normal seguridad de las personas que lo habitan”. En 1996, la DGA anunció la aportación del 60 % de los gastos derivados de su adaptación para dar cabida a doce viviendas sociales de 70 metros cuadrados que se gestionarían en régimen de alquiler. El proyecto no se llevó a cabo y, tras acoger a diversas instituciones locales, como la Cruz Roja y el Grupo Espeleológico Borjano, el edificio fue abandonado e, incluso, llegaron a plantear su demolición. Afortunadamente, se conservó y, tras las oportunas obras de rehabilitación, está a punto de integrarse, como ampliación del contiguo hospital, incrementando el número de habitaciones disponibles. 

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