Ayer,
la Iglesia celebró la solemnidad de San Pedro y San Pablo, una de las
importantes dentro del calendario litúrgico que, sin embargo, pasó
desapercibida en nuestra ciudad, a pesar de que en el retablo mayor de la
colegiata de Santa María figuran las imágenes de los dos apóstoles, realizadas
por los escultores bilbilitanos Antonio y Gregorio de Mesa, así como a la
tradición de conmemorarla, hasta hace no demasiados años, con fiestas en torno
a la llamada “costera de San Pedro”.
Al
margen de la denominación oficial, la calle está dedicada a “Mateo Sánchez”, un
personaje de biografía desconocida que algunos han relacionado con el que fuera
Justicia de Borja en 1694. Por otra parte, en época medieval, se llamó “Basenda”
y era el acceso a la judería, situada en el Cinto, a la que terminó
integrándose junto con la calle Trébedes.
Pues
bien, al final del primer tramo, en el edificio situado al comienzo de la calle
de San Jaime aún se conserva la hornacina donde se colocaba la imagen de San
Pedro, siguiendo una costumbre similar a la que comentamos sobre la fiesta de
San Juan. También, en esta ocasión, se encendía una hoguera y los vecinos de la
zona la consideraban una celebración propia. Hay que tener en cuenta que era
una de las zonas más típicas de la población. Lamentablemente, como podremos
comprobar, su deterioro ha sido notable en los últimos años.
En
estas tres fotografías se puede advertir muy bien las modificaciones
producidas. La primera de ellas fue tomada por D. Federico Bordejé, a comienzos
del siglo XX, y en ella se puede ver, en primer término, la portada de una casa
en arco de medio punto y, al fondo a la izquierda, un edificio con reja. La
siguiente es una postal de mediados del siglo pasado y, en ella, ya ha desaparecido
el arco de ladrillo y la casa citada. En la última, realizada ayer, se observan
los cambios operados en todos los edificios, con introducción de elementos muy
alejados de la arquitectura tradicional.
Antes
de que ese proceso se consumara ya tuvo gran impacto la sustitución del
pavimento original en canto rodado por este otro de cemento, así como la
colocación de unas barandillas metálicas de feo diseño y mal resultado.
Afortunadamente,
más tarde se recreó la antigua pavimentación en el tramo superior y en el
inicio de la calle de San Jaime. Estamos seguros que en el Plan Integral de
Rehabilitación del Casco Antiguo se contemplarán las medidas necesarias para
que todas estas zonas recuperen las características que nunca debieron perder.
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