Heraldo de Aragón, en su edición de ayer
domingo, insertaba un artículo de Alberto Serrano Dolader en el que, con el
título “Bécquer y el tesoro del Moncayo”, hacía referencia al supuesto “tesoro”
localizado por los hermanos Bécquer, durante su estancia en el monasterio de
Veruela. Se trata de un tema recurrente desde que fuera desvelado, por el
periodista Manuel Alhama. El P. Luis Gravalosa S. J. dedicó especial atención a
este asunto, haciendo partícipes de sus trabajos a varias personas, entre ellas
D. Federico Bordejé que fue protagonista de una curiosa “expedición”, como
señalaba Alberto Serrano. En una ocasión, D. Federico nos comentó su opinión
sobre el famoso “tesoro” que, según su parecer, podría tratarse de los
escoriales de las antiguas minas romanas de la zona de Añón que, de hecho,
fueron reaprovechados durante la II Guerra Mundial.
Sin
embargo, en los últimos años, otro ilustre borjano, Javier Bona ha retomado la
hipótesis de las obras de Arte ocultas e, incluso, tiene pistas sobre su
posible ubicación. No es el único asunto relacionado con el monasterio que le
hemos oído referir; el más llamativo es uno relacionado con sorprendentes
enterramientos en la cripta de la iglesia.
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