Dª María
Ángeles Martínez nos ha enviado esta antigua imagen de la ronda del roscón que
ofrece importantes diferencias con la forma en la que se realiza en la
actualidad. Por una parte, llama la atención el hecho de que los rondadores no
vistan el traje regional, sino el habitual de una época que hay que situar en
la primera mitad del siglo XX.
En
sus guitarras llevan unas cintas claras que también aparecen en los extremos de
la caña donde se insertan los roscones, algunos de los cuales también llevan
colgando cintas. Es probable que se trate de dedicatorias de las jóvenes a las
que rondaban, algo parecido a las cintas que se cuelgan en las capas de los
tunos.
Además,
algunos de ellos llevan sobre el hombro derecho cintas de color oscuro en las
que parecen estar prendidos claveles u otras flores similares. En cualquier
caso, el número de roscones que habían reunido es próximo a los cincuenta y la
mayor parte de los cuales con baño de azúcar blanco. Estamos, por lo tanto,
ante un documento gráfico de gran interés sobre esta antigua tradición que ayer
volvió a tener lugar en nuestra ciudad.
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