La
existencia de unos pozos para recoger nieve en el término municipal de Añón,
aunque propiedad de la ciudad de Borja, era conocida porque los mismos todavía
aparecían reseñados en los mapas topográficos, como puede verse en el lugar
señalado con una flecha.
Por
otra parte, tanto en el Archivo Histórico Municipal de Borja como en el Archivo
de Protocolos Notariales de Borja se conserva abundante documentación sobre su
arriendo. Así, por ejemplo, en el protocolo del notario Joaquín Lamana, se
encuentra el “Acto de arrendamiento”, efectuado el día 3 de marzo de 1695, entre
el Justicia y Jurados de la ciudad de Borja y el P. Fray Juan de Bigordán,
prior del convento de San Pedro Mártir de Borja, María Benavente, viuda de
Pedro Serrano, y su hijo Antonio Serrano. El arriendo se hizo por 10 años, por
un importe anual de 300 libras jaquesas, comprendiendo “todos los pozos,
edificios, hoyos y receptáculos de enterrar nieve, así los que dicha ciudad de
Borja tiene en el monte de Moncayo, como en los términos de la presente
ciudad”. En ocasiones anteriores, los arrendatarios habían sido el Justicia y
Jurados de la villa de Añón.
También
aparecen reflejados en las mojonaciones que, periódicamente, efectuaba la
ciudad de Borja, de acuerdo con sus Ordinaciones. Esta competencia correspondía
al Jurado 2º quien, acompañado por un notario, montaneros y unos jóvenes para
que tuvieran conocimiento de los límites, iba reconociendo los mojones,
comenzando en el Santuario de la Virgen del Moncayo. Así, por ejemplo, el 24 de
septiembre de 1703, fueron a “visitar y reconocer los pozos de nieve que la dicha
ciudad tiene en los montes de Moncayo y los ojos donde nace el agua llamada
vulgarmente de Morana”.
Sin embargo, hasta ahora no conocíamos el emplazamiento
de dichos pozos ni teníamos fotografías de los mismos. Ha sido D. Guillermo
Carranza Alcalde quien, en compañía de su hijo Diego, quien los ha localizado,
enviándonos un detallado informe y numerosas imágenes que queremos dar a
conocer, dado el interés de este hallazgo que se enmarca dentro del trabajo que
está realizando sobre obras hidráulicas en nuestra zona.
Los
llamados “pozos de Borja” que aparecen en los mapas son tres, situados a una
altitud de 1.650 metros, siendo sus coordenadas: 41º 46´ 02,57´´ N
y 1º 47´ 29,72´´ O.
Los tres pozos son
redondos y su boca exterior mantiene el perfil inclinado de la ladera del
monte. El central es el más grande, de unos 15 a 16 metros de diámetro
aproximadamente en la corona exterior. Está bastante degradado y no se aprecia
claramente su fisonomía ante la acumulación de maleza, árboles laterales y
piedras caídas. Da la sensación de haber estado revestido de una capa vertical
de piedra seca en los límites superiores, entre uno y dos metros, para seguir
hasta el fondo mediante un plano inclinado de tierra. La altura puede oscilar
entre los cuatro y los seis metros. Al ser construidos en una pendiente,
facilita la acumulación de materiales arrastrados por las fuertes lluvias, lo
que agudiza un mayor deterioro.
El pozo lateral
izquierdo, situado hacia el Este, tiene cinco metros de diámetro y entre dos y
cuatro de altura, teniendo en cuenta la inclinación de la pendiente del monte.
Su pared está totalmente revestida de piedra seca y en perfecto estado, pero el
suelo acumula tierra y piedras grandes caídas, que dificultan su estudio
completo.
El pozo lateral
derecho, situado hacia el Oeste, mantiene las mismas características que el
anterior: cinco metros de diámetro y paredes revestidas de piedra, no habiendo
sido posible medir la altura por la gran cantidad de maleza acumulada.
Delante de este
conjunto y a un nivel inferior, junto al camino, hay restos de pared de una
caseta de piedra seca, con una abertura a modo de puerta en el lado del camino,
que serviría como elemento auxiliar para guardar utensilios y refugio para los
operarios. Las dimensiones son de siete metros de largo por entre dos, dos y
medio de ancho.
Por otra parte, ha
localizado otro pozo de nieve, ubicado a pocos metros de la casa y ermita del
Moncayo, junto a la senda que sube a la cima, ahora en el término municipal de
Tarazona. Presenta una tipología similar al “pozo central” del conjunto de
Borja: Está orientado hacia el este, al abrigo de la montaña; tiene un diámetro
de dieciséis metros; una corona
cilíndrica de piedra seca de un metro de altura; sigue una pendiente de tierra
hasta el centro formando un tronco de cono; y la altura en el centro es de unos
cuatro metros. Es, sin duda, el que se encuentra en mejor estado de
conservación, como puede apreciarse en las imágenes.
En estos momentos,
Guillermo Carranza está intentando localizar los “pozos de Añón”, próximos a
los anteriores. Al dar a conocer los resultados de su investigación, queremos
felicitarle por su importante aportación que contribuye a un mejor conocimiento
de este tipo de construcciones y puede servir para la recuperación de estos
elementos abandonados.
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